Inmigración no autorizada en Estados Unidos

SABER PARA CONSTRUIR

Cada año el Departamento de Seguridad Nacional estadounidense realiza acciones que involucran a cientos de miles de ciudadanos extranjeros. Estas acciones incluyen la detención o el arresto, así como su devolución o expulsión de Estados Unidos. En particular por no cumplir con los términos y condiciones establecidas para su admisión documentada, pero también por participar en actividades como el tráfico de drogas u otras actividades ilícitas.

De acuerdo con el Censo 2010 de Estados Unidos (EE. UU.), de los 308.7 millones de personas que residían en ese país, 50.5 millones (16 por ciento) son de origen hispano o latino. De esta población, la más numerosa es la de origen mexicano: entre 2000 y 2010 creció de 20.6 a 31.8 millones, y al final del periodo representó 63 por ciento de dicho grupo de población. La población de origen mexicano residente en EE. UU. se asienta predominantemente en California (35.9%) y Texas (25.0%); seguidos por Arizona (5.2%), Illinois (5.0%), y Colorado (2.4%). Además, es la población de origen hispano o latino la más numerosa en la mayoría de los estados de la Unión Americana.
Se estima que en 2012 había 11.4 millones de inmigrantes no autorizados entre la población residente en el vecino país. La mayor parte -6.7 millones- nacieron en México, lo cual representa 59 por ciento de ese grupo de población. El Salvador, Guatemala y Honduras, representan 14 por ciento en conjunto. La mayoría son hombres y su arreglo etario deja ver que predominantemente se trata de personas en edad de trabajar (sobre todo de 15 a 29 años). Los menores de 18 años son 1.1 millones: 600 mil hombres y 500 mil mujeres en números redondos.
Cada año el Departamento de Seguridad Nacional estadounidense realiza acciones que involucran a cientos de miles de ciudadanos extranjeros. Estas acciones incluyen la detención o el arresto, así como su devolución o expulsión de Estados Unidos. En particular por no cumplir con los términos y condiciones establecidas para su admisión documentada, pero también por participar en actividades como el tráfico de drogas u otras actividades ilícitas.
Durante 2012 se efectuaron 643 mil aprehensiones de ciudadanos extranjeros por alguna de esas razones. De éstos, 69.7 por ciento (449 mil) son originarios de nuestro país, lo que da cuenta de su importancia para la relación bilateral entre ambos países. Esto en un marco donde prevalece una política enfocada a la guarda fronteriza por cuestiones de seguridad nacional. Le siguen en importancia personas originarias de Guatemala (8.6%), Honduras (7.6%) y El Salvador (5.8%).
En el mismo año fueron repatriadas 230 mil personas e igualmente destaca la importancia de hombres y mujeres nacidos(as) en México (57.3%). Sin embargo, también hay repatriaciones hacia países como Canadá (11.8%), Filipinas (9.1%) o China (5.1%). Cabe mencionar que, de acuerdo con el Instituto Nacional de Migración, poco más de dos por ciento de los repatriados a nuestro país son originarios del estado de Hidalgo
Las aprehensiones y repatriaciones igualmente son más comunes en edades laborales. Entre los menores de 18 años, no obstante, hay menor diferencia entre ambos eventos, lo que sugiere que hay una relación con la imputabilidad relativa a la edad. Si observamos las diferencias por sexo, es evidente que predominantemente se trata de hombres en ambos casos. En esto interviene que los flujos migratorios estén compuestos mayoritariamente por varones, pero también guarda cierto grado de relación con la forma elegida para internarse en EE. UU.: de acuerdo con datos de la ENADID 2009, 66.7 por ciento de la población inmigrante en ese país entró sin ningún documento. La proporción es mayor entre los hombres (71.2%) que entre las mujeres (52.1%), grupo de población donde es más común ingresar con pasaporte y visa de turista (20%).
En esa tesitura, es evidente la lógica que subyace en el establecimiento de más restricciones a la inmigración en EE. UU., incluso la documentada. Se trata de un acto de soberanía que debe ser estudiado en su justa dimensión, sin nacionalismos trasnochados.
*Investigador de El Colegio de Hidalgo

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