El péndulo político

HOMO POLITICUS

Después de las elecciones primarias en Chile donde el bloque conservador “Chile vamos”, encabezado por el ex presidente Sebastián Piñera que pretende ser nuevamente Presidente, dejó un margen de sabor para presuponer que el enfrentamiento va frontal contra la izquierda chilena, que en estos momentos, vive el peso demoledor de las inconsistencias de la gestión de Michelle Bachelet, cuestión que parece incidir en el protagonismo que hoy cobra Sebastián Piñera.
 
De perder la izquierda el poder, implicaría que los errores de conducción e inclusive en la probidad política de sus acciones, encarnaría un serio reto de reestructuración de sus fuerzas.
 
Nuevamente el escenario político vuelve a plantear la ingeniería constitucional en la dimensión electoral de la segunda vuelta, condición que en México ha cobrado fuerza en los diálogos de la clase política y desde luego entre la ciudadanía, no sin que ello haya sido desechado por razones obvias, a los partidos grandes no les conviene esta dinámica electoral porque la disputa hacia la segunda vuelta suele cambiar la dirección de los resultados, por lo que la mayoría simple y directa llegó para quedarse en México.
 
Observamos hace algunos meses, como en Francia el hoy Presidente Macron consiguió en segunda vuelta el triunfo electoral, ello, permitió suponer que la mayor justicia y racionalidad lo tiene la fuerza de una mayoría que desde la equidad y racionalidad política logre que su fuerza le permita gobernar con apoyo y legitimidad ciudadana, de lo contrario el radio de acción de la democracia parlamentaria se convierte en una arena de gladiadores.
 
El péndulo político en Chile no es muy diferente al resto del mundo, pero los componentes ideológicos si lo son, condición que vuelve a poner en la antesala las dudas sobre ¿por qué debe gobernar la izquierda? y ¿por qué debe gobernar la derecha?
 
En México la izquierda es vista como un arquetipo mesiánico y mientras que la derecha es vista como dinámica, aterrizada y con proyecto de Nación, sin que hasta ahora, nada de esas visiones haya servido para sacar del atolladero al país, entonces:
 
¿A que deben aspirar países como México donde izquierda y derecha son objetos políticos no identificados por la ciudadanía?

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