PEDAZOS DE VIDA
Descanso
Es tanta la intensidad de cada encuentro, que explota en mieles y desacuerdos. Hoy necesito descansar de ti, como seguramente tú necesitas descansar de mí. Porque a cada momento que nos encontramos, soltamos, desesperamos, reímos y también lloramos…
El tiempo nos traga, nos incita a devorarnos, a terminar con nuestras pieles. Mundanos encuentros que llegan al mal llamado cielo, orgasmo que es infierno, que se convierte en carne sin deseo y en pasión de unos besos.
Así, como hoy y mañana; como siempre… Necesito descansar de ti y que tú descanses sobre mí, como cada noche, como cada vez. En las que tu sonrisa deja escapar las mágicas palabras que alegran mi corazón, que lo hacen reventar en un mismo tiempo al ritmo de lo que no se entiende pero que se dice sin sonidos, sin palabras con el lenguaje de nuestras miradas.
Hoy necesito descansar de ti, de tanta intensidad, del binomio que se ha convertido en motor de mis tardes. Hoy necesito descansar de ti pero no puedo, no se puede descansar de la piel pegada al cuerpo de tu sonrisa y la mía, del espejo en el techo. Y aunque quiera descansar, me preparo en estos momentos para irte a buscar.
Arroz al vapor
Ahora que te vayas
comeré arroz al vapor,
solo para recordarte,
para sentirte cerca.
Comeré arroz al vapor,
sin el sabor a tus besos,
contigo en mi memoria
comeré arroz al vapor.
Solo, en la recóndita memoria,
seguiré comiendo arroz,
y allá del otro lado del mundo
recordarás que acá,
en la tierra del Sol de Bronce,
se quedó el azúcar, la leche y la canela.
Zacatlán
Zacatlán de las manzanas, lugar de iglesias y buenas personas, de bodas cada 15 días, y divorcios de vez en cuando, en donde el café se acompaña de tartas de manzana, empanadas de manzana, strudels de manzana, pastel de manzana, manzana al horno y pan de manzana.
Lugar de la feria de la manzana, del museo del vino de manzana, donde la sidra de manzana es llamada “cerveza de manzana”, y el refresco es de manzana natural, allá donde el sol sale de vez en cuando todavía no se logra determinar si el nombre fue propio o si es una incitación a interpretarlo como albur, “Bienvenidos a Zacatlán de las Manzanas”.