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El único luchador que logró hacerle sombra fílmicamente al Santo, fue Blue Demon, que tras ser rival, acabó convirtiéndose en su socio en dos decenas de filmes, en los sesenta y los setenta.
Por eso no es de extrañarse que ante la proliferación de series televisivas, Televisa haya decidido hacer una serie con su vida, que se estrenó en exclusiva en su filial Blim y que ante el éxito del asunto, cumple ya tres temporadas.
En la primera de ellas se ha inventado una niñez tormentosa para el héroe, que debe abandonar el hogar paterno, para irse a vivir a Monterrey, con un tío minero interpretado por Silverio Palacios.
Tenoch Huerta es Alejandro, un joven minero al que apodan El Tosco, y que es fanático de la lucha libre alentado por su mejor amigo (Alejandro de Marino).
Se ha enamorado de Goyita (Ana Brenda Contreras), una aprendiz de enfermera, a quien no le gustan las luchas, pues su tosco padre (Joaquín Cosío) fue luchador.
Como villanos del asunto están Rodrigo Murray como el dueño de una mina, y Tomás Goros, como un pachuco mafioso organizador de peleas clandestinas, que es una burda caricatura de Tin-tán.
La serie tiene una buena producción, algo raro en las series nacionales, y se le ha buscado actualizar el asunto, con temas como la violencia intrafamiliar.
La dirección corre a cargo de Javier Solar y Mauricio Cruz, que hacen una labor decorosa.
Blue Demon, El hombre detrás de la máscara resulta pues una serie que será del agrado de los fanáticos del género.
