ALFIL NEGRO

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4-1…FUE HORRIBLE…FUE HORRIBLE
Siempre se va uno con la esperanza de que ahora sí la íbamos a hacer en un torneo importante de futbol como es la Copa Confederaciones y que en un partido tan importante como era contra Alemania, le íbamos a sonar a los germanos porque nuestro equipo estaba de primera. Era el sueño de millones de mexicanos aficionados a este deporte,  que soñaban con el Chicharito, con Vela, con Ochoa y todos los jugadores de la tricolor con la esperanza de llegar a la final y ser campeones.

El despertar fue muy amargo con un 4-1 que puso muchas cosas nuevamente en su lugar y dio entrada no sólo a la frustración y al desencanto, sino a todos los dolidos que esperaban esta derrota para sacar su amargura y su envidia por no ser ellos los entrenadores y para atacar de manera despiadada a quien se hace cargo de nuestra selección porque desde su docta palabra y gran conocimiento nunca debió ser quien dirigiera el equipo sino ellos, aunque desde luego se cuidan de decirlo así tan directo y sólo lo dejan sobreentendido en sus sesudos análisis del partido.
Lo cierto es que perdimos y hasta eso sin jugar bien.
Y eso cala.
Porque aquí no queda ni siquiera el consuelo como en las elecciones del “voto por voto y casilla por casilla”, porque la derrota es de tal magnitud que no se puede alegar nada.
Simplemente nos superaron en todo, empezando y a lo mejor principalmente en la  cuestión mental, pues los nuestros temblaban ante los alemanes, como si estuvieran jugando ante dioses y no antes once iguales que ellos.
Salvo el Chicharito, y dos o tres más, los demás tenían miedo en el juego y de esa manera tenían perdido el juego desde antes.
Eso es tener mentalidad de perdedores.
Quizás se pudo hacer más, porque hubo lapsos del juego en que se demostró que no somos tan malos, pero en general dimos pena.
Y no es que sean de verdad superiores o tan superiores, o que no podamos llegar a su altura o ser mejores que ellos, porque de otro modo no se entenderían los casos de Hugo Sánchez que fue una figura de talla mundial en el Real Madrid o de Rafael Márquez en el Barcelona o del Chicharito en el Manchester United y de tantos paisanos nuestros triunfando en Europa.
Como siempre lo que nos falta es el trabajo en equipo, el sentido de solidaridad.
El día en que entendamos que trabajando juntos, hombro con hombro somos más fuertes que uno solo, podemos ganar lograremos más que en esfuerzos personales.
Porque el 4-1 fue horrible… fue horrible.