Momento decisivo (IV)

Dinámica Educativa
La educación superior en América Latina y el Caribe
Resumen
(tomado del documento homónimo publicado por Grupo Banco Mundial).

“La segunda consecuencia de la autoselección es que el mercado se segmenta por tipo de Institución de Educación Superior (IES) y no todos los segmentos crecen durante una expansión. Dado que los segmentos selectivos crecen sobre todo para admitir estudiantes de habilidad alta, recae sobre los segmentos no selectivos la decisión de admitir estudiantes de habilidad baja. Como hay muchos estudiantes de habilidad baja, los programas no selectivos y las IES competirán por ellos, a menudo de manera agresiva.
La tercera consecuencia de la autoselección es que los esfuerzos analíticos o de los hacedores de políticas relacionados con la educación superior deben tener en cuenta la enorme heterogeneidad del sector y evitar plantear una estrategia única para todos los casos. Así, la heterogeneidad entre los estudiantes, las instituciones y los programas es un tema de nuestro estudio.
Algunos hechos estilizados.
En el momento decisivo actual, resulta útil describir algunos hechos estilizados sobre la expansión reciente. Estos hechos muestran un panorama complejo con puntos positivos pero también con advertencias.
La región ha experimentado una expansión grande y rápida en la educación superior desde comienzos de los años 2000.
En promedio, la tasa bruta de matrícula en educación superior de América Latina y el Caribe creció del 17 por ciento en 1991 al 21 por ciento en el año 2000 y al 40 por ciento en el año 2010. Desde la década de los 2000, la expansión ha sido grande y rápida para estándares internacionales.
Por ejemplo, mientras que la tasa bruta de matrícula de Asia central era similar a la de América Latina y el Caribe en el año 2000, en el año 2010 había llegado sólo al 27 por ciento. El crecimiento de la matrícula en América Latina y el Caribe ha estado acompañado por una gran expansión por el lado de la oferta. Desde principios de los años 2000, se han abierto aproximadamente 2,300 nuevas IES y se han creado 30,000 programas nuevos. Por lo tanto, aproximadamente un cuarto de las IES actuales y la mitad de los programas actuales fueron creados desde principios de los años 2000.
Las tasas de matrícula miden el número de estudiantes matriculados actualmente, pero en buena parte del estudio nos centramos en otro indicador, a saber, la tasa de acceso, que refleja la fracción de individuos de 18-24 años de edad que alguna vez han tenido acceso a la educación superior. Aunque puede que algunos de estos individuos estén matriculados actualmente, otros podrían haber finalizado sus estudios o haberlos abandonado.
El acceso creció drásticamente también del 18 por ciento al 28 por ciento entre los años 2000 y 2013. Podemos descomponer el crecimiento en la tasa de acceso en una parte derivada del aumento de graduados de la educación secundaria y en una parte derivada de las mayores tasas de entrada a la universidad por parte de los graduados de la secundaria. Esta descomposición indica que, en promedio, el 78 por ciento del aumento en las tasas de acceso es atribuible al aumento de los graduados de la educación secundaria, si bien la variación entre países es grande.
De hecho, el aumento en las tasas de entrada a la universidad explica la mayor parte del crecimiento justamente en los países donde éste fue mayor, como Chile, Colombia, Ecuador y Perú. En dichas naciones, los hacedores de política tomaron medidas agresivas para expandir el acceso. Además, el sector privado jugó un papel importante y las políticas como los préstamos educativos y las becas facilitaron el acceso a las IES privadas.
El acceso a la educación superior se volvió más igualitario, si bien todavía es mayor para quienes tienen más ingresos.
Pese a que la educación superior es el nivel educativo con acceso más desigual en la región, en los últimos 15 años el progreso ha sido sustancial, pues el acceso a la educación superior de los individuos de ingresos bajos y, especialmente, medios, ha aumentado. Pese a que el 50 por ciento más pobre de la población representaba únicamente el 16 por ciento del estudiantado de educación superior en el año 2000, este grupo llegó a representar aproximadamente el 24 por ciento de los estudiantes en 2012.
Según nuestras estimaciones, actualmente hay 3 millones más de estudiantes matriculados en la educación superior que en el año 2000. En conjunto, los estudiantes del grupo dan cuenta de alrededor del 45 por ciento del aumento de la matrícula. Por tanto, el estudiante promedio cuya representación ha crecido en la educación superior (el estudiante “nuevo”) procede de familias de ingreso bajo y, como se explica más adelante, está menos preparado académicamente que sus pares procedentes de entornos más favorecidos.
A pesar de la mayor equidad en el acceso, los jóvenes del quintil superior de la distribución del ingreso todavía tienen una probabilidad 45 puntos porcentuales más alta de acceder a la educación superior que los jóvenes procedentes del quintil inferior. No obstante, un 56 por ciento de esta brecha se explica por una menor tasa de graduación de la educación secundaria de los jóvenes más pobres.
Dicho de otro modo, el principal motivo por el que es menos probable que esos jóvenes accedan a la educación superior es que no se gradúan de la secundaria. Además, el panorama es similar en lo que respecta a la brecha de acceso entre el quintil superior de ingreso y el segundo, tercer y cuarto quintil.
Sin embargo, la eliminación de la brecha de graduación de la educación secundaria no eliminará la brecha de acceso a la educación superior debido a la brecha restante que existe en las tasas de matrícula o entrada a la universidad para los graduados de la educación secundaria.
Los datos para Colombia muestran que las diferencias en el nivel de preparación académica explican un 41 por ciento de la brecha de entrada entre el tramo superior y el inferior de la distribución del ingreso de los graduados de la educación secundaria, y que la diferencias en el nivel de preparación académica y el nivel educativo de la madre explican el 71 por ciento de la brecha.
En otras palabras, no todos los graduados de la educación secundaria están igualmente preparados para la universidad y, como consecuencia, las tasas de entrada a la universidad son más bajas para los estudiantes de habilidad baja, independientemente de su nivel de ingreso.
En contra de la percepción popular según la cual el gasto en educación superior es regresivo porque los estudiantes de ingresos elevados se benefician desproporcionadamente de él, encontramos que el gasto actual en educación superior es (al menos ligeramente) progresivo debido a la creciente presencia de estudiantes de ingreso bajo y medio en la educación superior.
Además, un cálculo aproximado indica que los gastos asociados a la expansión de la cobertura de la educación superior son cuatro veces más progresivos que el gasto promedio en educación superior.” (Continuará).
*Rector de la Universidad Tecnológica Bilingüe de Mineral de la Reforma (UTMiR-BIS).

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