Los colores del orgullo LGBTTTI

REPORTAJE (TERCERA Y ÚLTIMA PARTE)

    •    Miles de personas se reúnen en el Ángel de la Independencia para el Pride 2017 de la CDMX

    •    “Neonazis” y anarquistas se enfrentan a golpes en el zócalo capitalino 

    •    Cifras, crímenes de odio, violencia, en el marco de una celebración que ya es tradición en la capital del país 

    •    Encuentra en la edición digital de este reportaje el video especial de la Marcha del Orgullo LGBTTTI en la CDMX: www.plazajuarez.mx/historico/historico


Una pequeña de unos cinco años pregunta a su mamá la razón por la que hay tanta gente en el vagón. La señora responde con toda sinceridad: “hay hombres que le gustan los hombres, y mujeres que les gustan las mujeres y hoy van a exigir sus derechos”.

La niña se queda callada y segundos despues sonrie de una forma natural, sin preguntas, sin tapujos, sin temor, con la inocencia que sólo tiene una personita de su edad.

La linea rosa del metro de la Ciudad de México (CDMX) está a reventar. Sobre todo en la estación Insurgentes donde una multitud espera de 10 a 15 minutos para lograr salir y caminar varias cuadras hasta el Ángel de la Independencia, punto de encuentro para la edición número 39 de la Marcha del Orgullo Lésbico, Gay, Bisexual, Travesti, Transgénero, Transexual e Intersexual (LGBTTTI), también conocida como Pride o Gay Pride.

Al salir, los vendedores ambulantes te ofrecen banderas con los colores del arcoiris; los precios van desde 25 hasta los 100 pesos dependiendo del tamaño, algunos detienen su paso para armarse con una de ellas y llegar a su respectivo contingente, carro alegórico, o bien disfrutar del evento desde los extremos del Paseo de la Reforma.

El sol quema, muchos utilizan bloqueador, gorras, gafas y sombrillas mientras esperan impacientes que inicie la cuenta regresiva. La gente no deja de llegar, se calcula más de medio millón de personas las que participan en la marcha donde la actriz Maite Perroni brinda una mensaje a favor de la diversidad sexual y después da el banderazo de salida ante el grito de los integrantes de la comunidad LGBTTTI, familiares, amigos, embajadores, activistas, actores, líderes y hasta una que otra mascota.

Al frente van diversos contingentes que reclaman por la igualdad de derechos, por erradicar la discriminación y los crímenes de odio, por que las organizaciones religiosas respeten las preferencias e identidades de género de las personas, también aprovechan para hacer diversos reclamos sociales como la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, la persecución de homosexuales en Chechenia, y los asesinatos de mujeres trans en el país y el resto del mundo.

Mientras caminan a paso lento y alzando la voz, al final de la kilométrica fila ya se preparan los carros alegóricos adornados con globos, plumas, colores y banderas. Es todo un carnaval donde encuentras a hombres musculosos, drag queens, travestis, hombres y mujeres con coronas, personas disfrazadas de superhéroes, de personajes de películas de Disney, banderas de colores, música, baile y fiesta.

Los carritos están llenos de personalidades, de famosos, de activistas, de gente que cada año asiste a este magno evento que ya es una tradición para la CDMX y que culmina en el zócalo capitalino con un show que acaba entrada la noche.

Mientras el contingente avanza, encuentro a un grupo musical que fusiona el jazz y el swing clasico. Todos sus integrantes tienen puestas unas orejitas de conejo color rosa, hacen bailar a quien encuentran a su paso mientras interpretan “All of me” un clásico de Billie Holiday.

Camino unos 25 minutos más hasta llegar a una segunda etapa de carros alegóricos. Es aquí cuando me invitan a subir al carrito de Bahía, un conocido bar de la CDMX; arriba encuentro a drag queens de la escena actual como Margaret y ya o Gvajardo, ellas bailan al ritmo de regueton mientras la gente comienza a unirse al contingente.  

Avanzamos muy lento envueltos en un ambiente de fiesta, de celebración, de orgullo, de desinhibición, de gritos; mientras tanto la gente observa desde las banquetas, levantan sus banderas, saludan, sonríen y miran a un grupo que se acercó bailando al camión.

Son integrantes de House of mamis, un grupo de “vogueras”que con sus pasos suben de nivel el ambiente que se vive en la marcha. El vogue es una muy estilizada danza moderna que se desarrolló fuera de la escena del salón de baile en la década de los 60’s.

Mientras de este lado todo es fiesta, música y baile, en el zócalo capitalino un grupo autodenominado Fuerza Nacional México, cuyos integrantes se hacen llamar “neonazis” comienzan a colocar mantas en  contra de la movilización que impulsa los derechos y el orgullo LGBTTTI.

Por lo anterior cerca de 50 anarquistas llegan a enfrentarlos armados con palos de plásticos y madera al grito de “fuera nazis”, “no pasarán”. De inmediato elementos de la Secretaría de Seguridad Pública separan a los grupos y la calma vuelve. Por fortuna es el único percance que se presenta durante la celebración pese a que se esperaba la movilización de organizaciones como el Frente Nacional por la Familia.

El contingente sigue avanzando poco a poco para llegar a su destino, la marcha se alarga por horas y el cielo comienza a ponerse gris, inicia una lluvia que no detiene la celebración.

Algunos de los asistentes se quedan por Bellas Artes y buscan un lugar para comer o seguir la fiesta en la calle República de Cuba donde se ubican bares que son de culto para el sector LGBTTTI, como es el caso del Marrakech Salón, La Purísima o El Pecado.

Miles más llegan al destino donde ya está listo el escenario para la presentación de artistas, blogueros, cantantes y dj´s. La celebración concluye una vez más con el éxito esperado. De nueva cuenta el sector considerado como minoría inunda las calles de la capital del país alzando la voz por el respeto hacía las orientaciones sexuales, la igualdad, la no discriminación y el alto a los crímenes de odio.

Y es que de acuerdo con la Comisión Ciudadana contra los Crímenes de Odio por Homofobia (CCCOH) tan sólo en el año 2017 se tienen contabilizados un total de 20 asesinatos; 13 de mujeres trans, seis de hombres homosexuales y uno de un hombre bisexual.

La organización señala que en Latinoamérica, México ocupa el segundo lugar en asesinatos por homofobia, sólo un escalón debajo de Brasil. En 10 años se han registrado mil 310 homicidios por homofobia en nuestro país.

En lo que corresponde al estado de Hidalgo, en un periodo de 11 años se han contabilizado 13 asesinatos por homofobia; sin embargo, la cifra podría ser mayor ya que sólo se tiene registro de los casos denunciados.

En otras cifras, la Encuesta Nacional sobre Discriminación en México (Enadis), destaca que cuatro de cada 10 mexicanos y mexicanas no permitirían que en su casa vivieran personas homosexuales; y seis de cada 10 personas lesbianas, gays, bisexuales, transgénero e intersexuales han sido excluidos en diferentes ámbitos.

En cuestión laboral, uno de cada tres homosexuales denuncia sufrir discriminación en el trabajo; 35% de las personas homosexuales han sido hostigados por serlo y el 42% no cree que lo pueda expresar sin miedo a represalias.

Por otro lado, siete de cada 10 personas homosexuales consideran que en este país no se respetan los derechos de quienes pertenecen a la diversidad sexual. Por esta razones, la gran mayoría de las personas que salen a las calles, coinciden en una cosa, no quedarse callados.

Al concluir la marcha, miembros de la comunidad LGBTTTI aseguran en entrevista para Diario Plaza Juárez que seguirán participando en las próximas ediciones y reafirman que su voz y expresiones se harán visibles para que ningún homosexual, lesbiana o trans sea asesinado, para que las organizaciones religiosas dejen de condenarlos, para que nadie prohíba que se casen y adopten hijos, pero sobre todo, para vivir libres en un país donde la diversidad sexual continúa siendo un tabú para muchos.

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