RETRATOS HABLADOS

“Periodismo” que ablanda y es varita mágica
MINUTARIO

Algo bueno y malo sucedió cuando en México se presentó por vez primera el concepto de empresa periodística, porque sin duda pasamos de las épocas en que resultaba casi una ofensa calificar el ejercicio periodístico como una actividad más en la que se elabora un producto para venderse, y lógicamente se cobra por el mismo, al de las realidades simples y llanas.
    Durante décadas transitamos por la hipocresía generalizada de que hacer periodismo de ningún modo puede ser un negocio, y si lo era, luego entonces se trataba de un medio falto de escrúpulos y credibilidad. A la sombra de esta actitud asumida por directivos que lograron amasar fortunas se generó incluso un trato fiscal preferencial para los medios impresos, que estaban exentos del pago de impuestos.
    El concepto de “empresa periodística” sonaba mal incluso, pero a la postre se impuso con una nueva generación de periodistas-empresarios o empresarios-periodistas, que hoy en día dan origen a los rotativos más importantes del país, fruto de los tiempos modernos en que por obligación debían terminar las simulaciones, sin olvidar bajo ninguna circunstancia el objetivo central de su tarea que es informar.
    A la par de esta transformación, aparecieron especímenes cada días más fieros en sus acciones, que parten de la idea que un periódico, una radiodifusora, una televisora o incluso un portal de internet, es el arma que les faltaba para presionar a quienes se dejen presionar para lograr sus objetivos netamente mercantiles.
    Y de ese modo empezamos a observar empresarios-empresarios que de pronto se empezaron a ostentarse como “periodistas” por aparecer en la parte alta del directorio, con la salvedad que de la profesión saben maldita la cosa, pero a cambio son expertos en el arte gansteril de tundir y ablandar al osado que no quiere otorgarles canonjías a las que estaban acostumbrados.
    Evidentemente su interés fundamental no es la información ni mucho menos, por la simple y sencilla razón que sus ingresos fuertes, la base de su fortuna de ningún modo es el periódico o la estación de la que se hicieron. De ninguna manera. Periódico o estación surgieron con el objetivo fundamental de convertirse en el mecanismo para “apretar los tornillos” a quien se ha permitido ningunearlos.
    El asunto es que en muchos casos les ha funcionado, y de la noche a la mañana el permiso para edificar inmuebles al por mayor está listo, igual que los permisos de impacto ambiental, igual que los de servicios aunque no los haya, igual todo. Y es así que el empresario-empresario metido a periodista descubre que tiene en sus manos una verdadera varita mágica que hace posible todos sus sueños.
    Resulta otra historia cuando topan con hueso y por más conjuros que lancen a los aires, al tiempo que mueven su varita de hada malosa, no encuentran la respuesta ansiada, que lógicamente son más y más firmas en los documentos que les permitan construir sus sueños que no tienen llenadera.
    También, aunque más común y con una larga historia, están los políticos-periodistas, que un día se dieron cuenta del peso específico que tendría para sus fines ser propietarios de un medio informativo, en el que casi siempre colocan a un incondicional, porque eso sí, en este tipo de especímenes cuando menos se guardan las formas.
    Pero eso, eso es otra historia.
MINUTARIO.- RAÚL CAMACHO BAÑOS, presidente municipal de Mineral de la Reforma, empieza a seguir los mismos pasos de su antecesor, a quien persigue con singular fiereza, sin caer en la cuenta de que puede acabar igualito al hoy demonio del calendario. Algo pasa en esta alcaldía que obnubila a quien la posee, pero es poseído por ella. Está a tiempo Raúl Camacho, siempre y cuando sepa escuchar a otros que no sean sus aduladores de cabecera.
 
Mil gracias, hasta mañana.
jeperalta@plazajuarez.mx/historico/historico
@JavierEPeralta
 
CITA:
A la par de esta transformación, aparecieron especímenes cada días más fieros en sus acciones, que parten de la idea que un periódico, una radiodifusora, una televisora o incluso un portal de internet, es el arma que les faltaba para presionar a quienes se dejen presionar para lograr sus objetivos netamente mercantiles.
 

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