CINE DE HOY
La virgen del socavón y el Festival de Oruro son tradiciones bolivianas que parecerían totalmente ajenas a la idiosincrasia nacional, pero que se han incorporado al foilklore nacional, como lo demuestra el documental El carnaval de Oruro en Iztacalco de Sergio Sanjinés Franck, que se acaba de estrenar en la Cineteca Nacional.
El realizador explica que un grupo de emigrados bolivianos encabezados por el médico Iván Rocha trajó una virgen del socavón a México hace varias décadas.
La odontóloga boliviana Estela Vázquez, enferma de cáncer, se encomendó a ella y milagrosamente se curó.
Por eso le pidió a su compatriota que había traído a la virgen y que regresaba a su patria, que se la dejara a su cuidado y organizó un festival en su honor.
Para su sorpresa, cada vez más personas comenzaron a participar en el festejo, que comprende además de la misa, un desfile con escuelas de baile, que se disfrazan llamativamente.
Una maestra de baile no se ha conformado con enseñar a sus alumnas los bailes bolivianos, sino que tenía el sueño de bailar en el festival original, pudo ver realizado su sueño, aunque para ello tuvo que evadir a un grupo de manifestantes que bloqueaban las carreteras bolivianas.
El veterano Sanjinés, autor de más de 60 trabajos se convierte en un testigo de estas creencias religiosas, pero se convierte también en un cómplice de los festejos populares.
El carnaval de Oruro en Iztacalco resulta pues un curioso testimonio de la hermandad que existe entre dos pueblos que tienen muchas cosas en común.
