Evita su destitución en el Tribunal Electoral
El presidente brasileño, más cuestionado y debilitado que nunca, logra su primera victoria desde el estallido de la crisis política
El proceso ha coincidido con el escándalo desatado hace tres semanas, cuando un magnate de la industria cárnica entregó a la justicia pruebas de corrupción contra él. Desde entonces, este ha sido incapaz de contener la tormenta política resultante, que le ha ido despojando de aliados en Brasilia y credibilidad en las calles
Lo que podría que haber supuesto un calvario para el presidente brasileño Michel Temer se ha convertido en su primera buena noticia en semanas. El Tribunal Electoral brasileño decidió, con 4 votos contra 3, no culpar al mandatario de las irregularidades con las que se financió la campaña electoral de 2014, con la que él salió elegido vicepresidente.
El veredicto contrario hubiera sido letal para Temer, hoy presidente gracias solo al impeachment a Dilma Rousseff en agosto pasado.
El Tribunal podría haber ordenado que fuera destituido de su cargo, algo que muchos en Brasilia esperaban, ya que Temer lleva ya casi tres semanas enquistado en una grave crisis política que ha llenado las calles y algunas instituciones de gente deseosa de que renuncie.
El juez instructor de la causa, Herman Benjamin, urgió a sus compañeros a destituir a Temer. Pero la compañía no era la indicada. El presidente del Tribunal Electoral, GIlmar Mendes, nunca ha ocultado su amistad con el mandatario. Hay otros tres jueces que fueron nombrados por él. Juntos, los cuatro estuvieron interrumpiendo y cuestionando a Benjamin casi desde el mismo momento en que este comenzó a exponer la causa el martes.