Comer en exceso, demasiado rápido, estresados o abusar de alimentos con un gran contenido graso puede ser causa de indigestión y estreñimiento. Se trata de trastornos que no suele precisar de ningún tratamiento específico, sino que se soluciona con la adopción de ciertas medidas preventivas. Sobre todo, se trata de comer y beber despacio, tranquilamente y masticando bien los alimentos, evitando tragar exceso de aire, y tener una dieta rica en fibra.
La comida debería prolongarse un mínimo de media hora, y dejar una pausa entre el primer y segundo plato, así como entre éste y el postre.
Asimismo, se han de evitar las comidas muy copiosas y, en su lugar, realizar ingestas frecuentes (cinco o seis al día) no muy abundantes; lo ideal es quedarse a un paso de la sensación de saciedad absoluta. También resulta importante evitar las comidas excesivamente frías o calientes.
Aliados Anti-estreñimiento
Aunque es conveniente estudiar cada situación de forma individualizado, existen una serie de pautas dietéticas que pueden ser útiles en muchos casos:
JUGOS DE FRUTA ÁCIDA. Como limón, naranja, manzana o ciruelas pasas puestas a remojo la noche anterior. Es preferible tomarlos en ayunas.
FRUTOS SECOS EN EL DESAYUNO. En cantidades moderadas. Por ejemplo: avellanas o almendras sin piel con un yogur de soja natural. Es importante procurar masticarlos bien.
VEGETALES EN LAS COMIDAS. A ser posible crudos o al vapor (ensaladas, hortalizas, verduras…). Una dieta rica en carne produce menos residuos.
CEREALES INTEGRALES en el desayuno, comida y merienda. Son más nutritivos y favorecen el tránsito intestinal.
ACEITE DE OLIVA. Tomado en ayunas tiene un efecto lubricante en el intestino.