Momento decisivo

Dinámica Educativa

La educación superior en América Latina y el Caribe
Resumen
(tomado del documento homónimo publicado por Grupo Banco Mundial)

    “En la búsqueda del crecimiento y la equidad, ningún país puede permitirse ignorar la educación superior. Mediante la educación superior, un país forma mano de obra calificada y construye la capacidad para generar conocimiento e innovación, lo que a su vez impulse la productividad y el crecimiento económico.
Dado que la adquisición de habilidades incrementa la productividad y el ingreso esperado de las personas, un buen sistema educativo es la base para lograr una mayor equidad y prosperidad compartida a nivel social.
Específicamente, en las sociedades caracterizadas por una persistente y profunda desigualdad, la educación de calidad puede actuar como “el gran igualador”, el mecanismo definitivo para lograr la igualdad de oportunidades y la esperanza máxima de los padres que desean un futuro mejor para sus hijos.
En este estudio investigamos tres aspectos importantes de la educación superior en América Latina y el Caribe: la calidad, la diversidad y la equidad.
Un buen sistema de educación superior ofrece calidad, diversidad y equidad para maximizar el potencial de los estudiantes dadas sus habilidades innatas, motivaciones, intereses y preparación académica al finalizar la educación secundaria. Ya que las personas difieren en estos aspectos y la economía necesita distintos tipos de habilidades, una oferta diversa permite a los estudiantes dar con la mejor opción.
Por ejemplo, un buen sistema de educación superior forma tanto a ingenieros como a técnicos, así como a economistas al igual que a auxiliares administrativos. Asimismo, un buen sistema de educación superior ofrece programas de calidad que maximizan el potencial de los estudiantes dada su mejor opción. Puesto que la mera disponibilidad de diversidad y calidad no garantiza ni el acceso de los estudiantes ni su éxito, un buen sistema de educación superior es equitativo cuando los estudiantes tienen acceso a las mismas oportunidades.
Las sociedades difieren en cómo determinan “equidad” en el contexto de la educación superior, pues también difieren en aquello que consideran “justo”. Por ejemplo, algunas sociedades consideran justo dar a los estudiantes con el mismo nivel de preparación académica acceso a las mismas oportunidades, mientras que otras consideran justo dar a todos los estudiantes las mismas oportunidades a pesar de las diferencias en su preparación académica o en otras características.
Independientemente de su visión concreta de la equidad, los sistemas de educación superior se enfrentan al hecho de que la calidad, la diversidad y la equidad son interdependientes. Por ejemplo, dar acceso a la educación superior a los estudiantes desfavorecidos podría aumentar la equidad, pero posiblemente a expensas de la calidad si dichos estudiantes sólo tienen acceso a opciones de educación superior de baja calidad.
Por lo tanto, el mejor modo de contribuir a la equidad es dar acceso a los estudiantes a programas de calidad en los que puedan tener éxito, lo cual es más probable cuando la oferta de programas es diversa.
La educación superior en la región se ha expandido radicalmente en los últimos quince años, pues la tasa bruta promedio de matrícula (definida como el ratio entre la cifra de matriculados en educación secundaria y la población de edad 18-24 años) ha crecido del 21 por ciento al 43 por ciento entre el año 2000 y el 2013. En la actualidad el sistema incluye aproximadamente a 20 millones de estudiantes, 10,000 instituciones y 60,000 programas.
El sistema de educación superior tiene una larga historia que se remonta a principios del siglo XVI, cuando se fundó la Universidad de Santo Domingo y, posteriormente, la Universidad Pontificia de San Marcos (Lima) y la Real y Pontificia Universidad de México.
Actualmente, la educación superior se encuentra en un momento decisivo. La gran expansión experimentada desde principios de los años 2000 ha dado lugar a un nuevo y complejo panorama. Los hacedores de política, preocupados por el acceso y la movilidad social, expandieron el sistema en un periodo de crecimiento económico, abundancia fiscal y crecimiento de la clase media.
Como resultado, el acceso aumentó para todos los estudiantes, pero especialmente para aquellos procedentes de entornos socioeconómicos bajos y medios. Estos “nuevos” estudiantes, que previamente estaban infrarrepresentados en la educación superior, constituyen un elemento crucial del nuevo panorama, al igual que las instituciones de educación superior (IES) y los programas en los que estudian.
La preocupación por la calidad se cierne sobre las grandes ganancias en equidad experimentadas por los sistemas de educación superior de la región. La rápida expansión de dichos sistemas, las características de los “nuevos” estudiantes y, quizás, la laxitud da la regulación de algunas IES, han hecho que muchos se cuestionen la calidad de los programas y, por tanto, la equidad de un sistema en el que no todos los estudiantes logran acceso a una opción de calidad.
En este momento decisivo, a América Latina y el Caribe se le presenta una oportunidad que no debe desperdiciar. Las decisiones de las políticas tomadas hace diez o quince años han tenido consecuencias profundas en el panorama actual y, del mismo modo, las decisiones que se tomen hoy tendrán consecuencias de largo plazo y alcance sobre el futuro de la región.
El resto de este Resumen está organizado como detallamos a continuación.
Comenzamos caracterizando el papel y las capacidades de cada agente en el sistema de educación superior (estudiantes, instituciones y hacedores de política) así como los rasgos distintivos del sector de la educación superior desde el punto de vista económico. Seguidamente, presentamos los principales hechos estilizados documentados en el informe y analizamos las principales lecciones aprendidas del trabajo analítico realizado. Finalmente, planteamos algunas consideraciones de política.
Cabe destacar que este estudio se centra en un papel específico del sistema de educación superior, a saber, la instrucción de los estudiantes universitarios. Si bien los sistemas de educación superior tienen otros  roles (por ejemplo, la producción y la diseminación de investigación, la formación de estudiantes de postgrado y nuevos investigadores y la oferta de programas de extensión orientados al conjunto de la comunidad), no todas las IES asumen estos papeles en la misma medida y hay datos escasos sobre los mismos.
Además, la instrucción de los estudiantes de pregrado es el papel principal de las IES en América Latina y el Caribe. Adicionalmente, este estudio se concentra principalmente en los retornos privados a la educación superior. Pese a que la educación superior también genera retornos para el conjunto de la sociedad, nuestro análisis se restringe a los retornos privados por motivos técnicos y de disponibilidad de datos. Pese a que el financiamiento es un aspecto importante de los sistemas de educación superior, el ámbito de este informe no incluye su estudio detallado.” (Continuará).
*Rector de la Universidad Tecnológica Bilingüe de Mineral de la Reforma (UTMiR-BIS).

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