LAGUNA DE VOCES

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Más seriedad señores marcianos

Siempre había pensado, como muchos, que hasta por salud mental debía aceptar que no somos los únicos habitantes de la gigantesca casa que es el universo; que miles, millones, trillones de civilizaciones deben existir en alguna de las galaxias que no alcanzamos a ver siquiera, y que si han tardado tanto en comunicarse con nosotros, sus razones tendrán.
    Sin embargo, con el paso del tiempo y ante la imposibilidad, al menos por el momento, de la eternidad, parece justo que los extraterrestres se manifiesten antes que el de la voz, o séase yo, parta con rumbos desconocidos, tal vez incluso más lejos de donde tendrían que asomarse los otros, que nos han de llamar igual a nosotros porque no nos conocen.
    De tal modo que empiezo a dudar si deveras en algún momento de la corta historia de la humanidad llegaron en sus naves veloces, capaces de brincar entre las dimensiones, los multi-universos para ahorrase tiempo, con el simple objetivo de venir a darnos una vuelta y asegurarse que no nos acabáramos antes de lo pactado.
    Pero no, ni sus luces, y todo queda reducido a miles de videos fraudulentos, donde se observa que no hay nada que observar, es decir que lo más seguro es que no hay nada seguro, y que si no se apuran a desenredar el acertijo, acabaremos por morirnos los que jurábamos que hay vida en otros planetas, y luego entonces todo habrá sido una vil mentira.
    Sus razones tendrán para no hacerse presentes, y saludar a la raza humana, que incluye a la raza de bronce que somos nosotros, y de una vez por todas despejar tanta duda que atormenta a los que esperan ser abducidos unas cuantas semanas por marcianas cien por ciento saludables.
    Falta nos pase como al Ánimas Trujano, que desesperado por la vida de miseria que llevaba y lo muy mal que le iba, un día subió al cerro del pueblo donde dicen se aparecía el mismísimo diablo y concedía deseos a cambio de almas, para efectivamente venderle su alma. Con tan mal resultad que al bajar gritaba: “¡A mí, ni el diablo me quiere!”.
    Esperar que a que llegaran bailando el cha-cha-cha, tampoco funcionó, y puede que los hayamos hecho enojar, porque habernos tomado tan a la ligera un acontecimiento que se supone revolucionaría el pensamiento contemporáneo.
    Porque a ciencia cierta pocos sabemos lo que les preguntaríamos a los extraterrestres, dado el caso de que nos permitieran entrevistarlos. Y lo peor, qué tal si su visita solo fuera para anunciarnos que ya se cansaron de la humanidad, y que además quita mucho tiempo mandar naves a vigilar que nos nos matemos sin que obtengan resultados del estudio que realizan con nosotros.
    De tal modo que habría necesidad de empezar un movimiento mundial para hacer una invitación formal a los de otros planetas, para que de una vez por todas se hagan presentes, y nos digan si hay futuro con la raza terrícola, o de plano ya nos traen entre ceja y oreja para destruirnos.
     Y el otro movimiento tendría que ver, definitivamente, con el desengaño definitivo respecto a la existencia de los no nacidos en el planeta azul. Si ese es el caso, la soledad empezaría a dolernos, porque si de verdad hay millones y trillones de galaxias, sería absurdo, tremendamente absurdo que seamos los únicos que miran tanta luminosidad en noches limpias.
    Como quiera hay que fijar una fecha última para que se aparezcan, nos explique por qué tanto misterio, y nos enseñen que podemos ser dignos de la vida eterna, en caso también de que ellos sean los de la nubes de fuego de la Biblia y los profetas, y los que se llevaron a los personajes principales de la historia humana.
    Y si ni con ese ultimátum se aparecen, entonces daremos por sentado que estamos solitos, pero bien solitos en todo el universo, si es que existe, y no es un chiste del que se durmió hace siglos y no puede despertar.

Mil gracias, hasta mañana.
jeperalta@plazajuarez.mx/historico/historico
@JavierEPeralta

CITA:
Como quiera hay que fijar una fecha última para que se aparezcan, nos explique por qué tanto misterio, y nos enseñen que podemos ser dignos de la vida eterna, en caso también de que ellos sean los de la nubes de fuego de la Biblia y los profetas, y los que se llevaron a los personajes principales de la historia humana.