REPORTAJE PARTE 3
La hora marcada y la desinhibición en los baños públicos
*El traga años, su enfermedad y las salidas del baño a espacios al aire libre
*La gerencia de la Central de Autobuses garantiza la seguridad
Tras meses de investigación, se descubre poco a poco, como si se tratara de otra dimensión, un mundo que aunque desconocido para muchos, es de gran tradición de ligue y sexo entre la comunidad homosexual de Pachuca y sus alrededores. Es un mundo real para quienes han sido acosados, para los que han sido detenidos por elementos de seguridad y sobre todo para aquellos que frecuentan el lugar con el deseo de tener un poco de adrenalina y placer que otorga el sexo clandestino.
La hora marcada
Alrededor de las 22 horas, los intendentes cansados de haber realizado su jornada laboral, junto con las señoritas que reciben las monedas para dar acceso a los baños públicos, abandonan el lugar y se retiran sin que ahora haya una sola persona que vigile o que al menos teman los que adentro hacen de las suyas.
Entonces, la fiesta comienza, entra uno y otro. Alguno obtiene lo que quiere y se va, otros esperan a que alguien se anime, a “hacer algo”, entre estos está el “Traga años”, un hombre que me asegura tener 31 años pero cuya apariencia física es de un jovencito de entre 17 y 19 años, quien asegura ser “ninfómano”, aunque este término aplica a una persona de género femenino y en todo caso sería “satiriaco” están los dos en desuso, por lo que en todo caso sería una persona hipersexual, “un adicto al sexo”.
Quién sin más decide platicarnos su experiencia y poco permitirnos adentrarnos a su mundo. Tiene algunos tatuajes, el más evidente es uno en el brazo. En el transcurso de la entrevista, se detiene un par de veces para meterse dentro de algún cubículo con otro hombre, hacer algo y salir triunfante de haberlo “deslechado”.
El ambiente dentro, no es para nada grato, y mucho menos salubre, algunas paredes no sólo están rayadas con plumón, sino que han sido manchadas con lo que aparenta excremento, y las puertas evidencian que anteriormente ya hubo quienes derramaron sus fluidos sobre estas.
Dentro del sanitario, en los mingitorios hay hombres que se tocan entre sí, que incluso se masturban, se agarran las nalgas, ya no hay espacio para la inhibición, todo ha quedado al descubierto frente a mis ojos. Una vez que el Traga años, sale y se lava las manos, me dice “vamos allá afuera”.
Al aire libre
Sin embargo la experiencia no queda para todos dentro del lugar. “adelántate y sal por la última puerta, te alcanzó en el camino”. Tal y como lo sugiere hago lo propio, camino y a la altura de la base de colectivas de la central, me alcanza y me sigue platicando, “mira amigo, cuando no puedes hacer que se venga un cabrón en los baños te lo traes acá”, me asegura en tanto señala la avenida Cuesco, efectivamente entre los árboles, hay espacios en los que ya con la luz del día se pueden ver los rastros de lo que sucedió al amparo de la noche.
“Hay otros que te llevan a un hotel o a los lugares donde viven, pero son pocos los que buscan ligue, la mayoría sabe a lo que viene. Nos gusta el sexo y nos gusta la adrenalina”. Me dice en tanto sin cuestionarlo prosigue, “dicen que soy una puta, pues lo soy, cuando quise dejar de serlo no funcionó, mi familia, mis amigos me dieron la espalda. Ahora tengo amigos del ambiente, si quieren nos acostamos y sino sólo salimos o platicamos”.
De esta forma me muestra algunos de los lugares, en donde con el cobijo de la noche son ideales para tener relaciones sexuales al aire libre. Lugares que al amanecer se encuentran repletos de mierda, por qué no falta quién los ocupa de baños, y de condones.
Los riesgos
Con cierto nerviosismo, me atrevo a sacar un cigarrillo, lo enciendo y le ofrezco uno, “pues me lo echo, y también el cigarro amigo”, me dice al momento de aceptar el tabaco. Situación que aprovecho para regresar hacia los espacios más iluminados, para continuar la charla y para preguntarle sobre el riesgo, sin embargo me contesta.
“Yo tengo tres años que me dijeron que tengo VIH (Virus de Inmunodeficiencia Humana), voy por mi tratamiento cada mes, siempre traigo condones, pero hay rucos que les gusta meterla así, ellos se lo buscan, yo soy feliz y si me voy a morir va ser bien cogido”.
La declaración me ha dejado helado, sin embargo no me atrevo a expresar nada más, y trato de continuar la charla, y de preguntarle si no le da temor que lo cachen o denuncien con los elementos de seguridad que resguardan el lugar, a lo que muy fresco responde.
“Si han sacado a varios, se los llevan por estar en el mismo baño poniéndole de lo sabroso, los exhiben ya que los sacan por la puerta principal y se los entregan a los policías del estado o del municipio, a un amigo lo agarraron en la noche, se lo llevaron a él y al otro wey que además era casado, según, en la patrulla, y los subieron al estadio, allá les bajaron una lana, dice mi amigo que el otro cabrón hasta el celular les dejó con tal de irse y que él como no llevaba nada, nada más le dijeron chúpamela y vete”.
Entonces interrumpí su relato, “a ver cómo estuvo eso”, y respondió “sí, que les hiciera un oral y que se fuera, pero este cabrón corrió con suerte, los policías no estaban tan culeros, porque una vez a mí me tocó pero en el Parque Pasteur, igual en la noche, y con unos policías que me llevaron a un baldío, esa vez hasta vomité pero no de lo grande que la tuvieran sino de lo apestosa que la llevaba uno, así es”, concluye mientras continúa fumando.
La gerencia de la central garantiza la seguridad
Por su parte, en entrevista el Gerente General de la Central de Autobuses de Pachuca, Asael Rivera, aseguró que el tema de la seguridad en el lugar está garantizado, y destacó el uso de cámaras de video (alrededor de 34) con las que monitorean toda la central, e incluso hay una dentro del sanitario de caballeros en la que se puede ver la actividad en el área común (pasillo) por lo que aseguró que en ningún momento se viola el respeto a la privacidad.
De igual forma señaló que se cuenta con un protocolo de procedimientos, para atender este tipo de situaciones y reconoció que si se han dado situaciones en las que han tenido que sacar a personas que en su momento entraron juntos a un mismo cubículo, mismos que han sido remitidos a los cuerpos de seguridad pública, municipal o estatal.
Y detalló algunas otras situaciones que se han atendido en la central, así como la forma en que se garantiza que alrededor del 40 por ciento de la población que transcurre en al central cada día y que hace uso de los baños públicos tengan la certeza de que se cuenta con la seguridad necesaria, información que se publicará en este mismo medio, en la cuarta y última parte de este reportaje.