Home Orbe El millonario Trump se lanza contra los desfavorecidos

El millonario Trump se lanza contra los desfavorecidos

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Propone recortar 3,6 billones de dólares en una década

Su proyecto de presupuesto recorta las ayudas a los más pobres, aumenta la partida militar y destina 1.400 millones al muro con México

Las magnitudes presupuestarias son astronómicas. En 10 años Trump promete que su proyecto reducirá el gasto en 3,6 billones de dólares, liquidará por completo el déficit (hoy situado en 600.000 millones) y rebajará la deuda pública del 76% del PIB al 59%. Para lograrlo, confía en un crecimiento sostenido del PIB, que el año próximo sería del 4,4% (la mayor de este siglo) y en 2027 alcanzaría un aumento del 55% respecto a 2018. Esta es la piedra angular de su proyecto y, a su vez, su punto más débil
Nunca se vio con tanta claridad el verdadero rostro de Donald Trump. Bajo la promesa de restaurar el sueño americano, su Administración presentó ayer su gran proyecto de presupuesto. Un plan de 4,09 billones de dólares para 2018, que solo permite el aumento de las partidas destinadas a defensa y seguridad nacional, incluyendo el muro con México, pero que propone recortes de tal magnitud (3,6 billones de dólares en una década) que dejarán los programas sociales y sanitarios para los más desfavorecidos al borde de la asfixia.
Bautizado con el ampuloso nombre de Nuevo Fundamento de la Grandeza Americana, el presupuesto exhibe tanto esa ambición torrencial que caracteriza al presidente de EU como sus prejuicios.
Los inmigrantes sin papeles, los desfavorecidos y sus hijos, la población subsidiada y hasta los discapacitados pasan por la guillotina contable. Ya no se trata sólo del recorte del Obamacare, la reforma que amplió el seguro médico a 20 millones de estadounidenses, sino de la caída de los grandes programas que han logrado dar estabilidad a una sociedad con más de 40 millones de pobres.
“Hasta ahora se pensaba sólo en quienes recibían dinero. Eso se ha terminado. Hemos dado un giro y elaborado unos presupuestos poniéndonos en los zapatos de quienes pagan ese dinero, en el contribuyente. La compasión ya no se mide por el número de subsidiados o el dinero gastado, sino por aquellos que vuelvan a trabajar”, glosó el director de la Oficina Presupuestaria, Mick Mulvaney.