China aumenta su dominio mundial en el planeta

El presidente de China ha dado un paso decisivo para materializar su compromiso con el libre comercio y la integración regional en el planeta; pero sobre todo, para indicarle a los líderes del mundo cual es su visión sobre el desarrollo, al inaugurar la Conferencia Internacional sobre la Nueva Ruta de la Seda, también conocida como “Una correa de un camino” (OBOR)

En enero pasado, durante el foro Económico Mundial de Davos, Suiza, el presidente de China, Xi Jinping, pasó a convertirse en el defensor del libre comercio ante el proteccionismo anunciado por el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. Ahora, este domingo y lunes, 14 y 15 de mayo, respectivamente, en Beijing, el presidente de China ha dado un paso decisivo para materializar su compromiso con el libre comercio y la integración regional en el planeta; pero sobre todo, para indicarle a los líderes del mundo cual es su visión sobre el desarrollo, al inaugurar la Conferencia Internacional sobre la Nueva Ruta de la Seda, también conocida como “Una correa de un camino” (OBOR).

En la Conferencia hubo representación de casi un centenar de países y estuvieron presentes 29 Jefes de Estado y de Gobierno. Desde su anuncio, la Conferencia había suscitado expectativas e interés, pero también recelo y desconfianza por la creciente expansión económica de China en el planeta, sobre todo por parte de Rusia y la India, cuyo primer ministro no asistió a la reunión, debido al conflicto con Paquistán sobre la región de Cachemira en disputa entre los dos países.

Entre los líderes mundiales que se dieron cita en Beijingdestacaron los presidentes de Rusia, Vladímir Putin, de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, de España, Mariano Rajoy, de Grecia, Alexis Tsipras, y el presidente chino,  Xi  Jinping, que promocionó su gran proyecto de construcción de infraestructura par la integración regional, con obras públicas chinas que permitirán unir a Asia con Europa y África.

Se trata de un proyecto global de infraestructuras muy ambicioso, para el que China ha propuesto 70 mil millones de dólares adicionales para su financiamiento; con lo cual habría más de 113 mil millones de dólares para iniciar las obras, a lo largo de los países de la Nueva Ruta de la Seda, que no consideran aún el impacto social y ambiental.

Este evento ha sido calificado como una demostración de fuerza de China, quien ha logrado llamar la atención de todos los líderes mundiales como el presidente ruso, Vladimir Poutine, el primer ministro griego, Aléxis Tsipras, o la propia directora del Fondo Monetario Internacional  (FMI), la francesa Christine Lagarde. Ahora se espera que se hable de China antes y después de esta Conferencia Internacional, la cual ha posicionado a Beijing al frente de la defensa del libre comercio y de la integración regional.

La nueva ruta de la seda pretende conectar los continentes a través del mar con diversos proyectos de la infraestructura. De tal manera que si la Nueva ruta de la Seda materializa los objetivos económicos como la creación de nuevas oportunidades para los mercados emergentes, mayor internacionalización de las empresas chinas y el yuan, mejorar el acceso a los recursos energéticos, entre otros, le permitirá a China ampliar su influencia mundial y tener un mayor peso en la gobernanza global del planeta.

En este sentido, China se dispone a cuestionar los fundamento de las instituciones como el FMI y el Banco Mundial, surgidas de la reunión de Bretton Woods después de la Segunda Guerra Mundial y exigir un mayor peso en el gobierno de esos organismos internacionales, en los cuales los países emergentes como Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica (lo países BICS), tienen poca representación.

Xi Jinping, quiere que la Nueva Ruta de la Seda aparezca como un proyecto de cooperación regional y no como una imposición de China, un proyecto que deberá ir sumando otros proyectos de infraestructura nacionales, construyendo así la infraestructura para integración y el comercio regional, pero que deberá ser moldeado por todos los países participantes, para losa cuales ya hay 113 mil millones de dólares para construir puertos, carreteras, ferrocarriles, presas, entre otras obras, para integrar al desarrollo y al mundo globalizado al 60% de la población mundial, la cual aporta el 30% del PIB del planeta.

Todo esto sucede en medio de un anuncio dado el fin de semana paso entre China y los Estados Unidos, donde se señala que los dos países lograron un alcanzar un acuerdo para firmar un tratado comercial amplio, dentro de un plazo de 100 días; en el cual Beijing promete abrir algunos servicios financieros a inversionistas estadounidenses, comprar gas estadounidense y poner fin a las restricciones a las importaciones de carne; tratado comercial que seguramente será firmado cuando el presidente Trump visite China en este año y el cual servirá para reducir el déficit comercial de los Estados Unidos con China.

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