ALFIL NEGRO

(El libro sagrado dice que los primeros padres, eran sin duda una clase privilegiada porque así  lo quería el todopoderoso, de tal manera que tenían todo en el edén, con un río que regaba el jardín y se dividía en cuatro brazos  uno de los cuales se llamaba Pisón y regaba una tierra donde había mucho oro con aromas y piedras preciosas, y así otros tres ríos que daban agua a  tierras muy buenas, aparte de árboles de frutas deliciosas con la prohibición de no comer del árbol de la ciencia del bien y del mal  porque en ese momento morirían. La verdad no parecía mucha carga en cuanto a responsabilidad para seguir  gozando de tantos privilegios, de disfrutar de tantos bienes. Pero sucede que apareció la serpiente de la ambición, de querer ser como el todopoderoso, de la soberbia, de la falta de humildad, de perder la dimensión de las cosas, de no saber ubicarse en lo que se es, y entonces se perdió todo… esa es la historia de quienes pensaron que nunca se acabaría la mina de los privilegios, de los ríos de oro y piedras preciosas hasta el grado de pensar que eran su propiedad y no un regalo o un préstamo que se podía perder, sobre todo si se comía de la fruta prohibida… En política es lo mismo y parece que quienes estaban en el paraíso se olvidaron de la prohibición y pensaron en ser como dioses y comieron de la manzana de la traición y entonces…)

COMERÁS CON EL SUDOR DE TU FRENTE
En política ¿qué significa comer del árbol prohibido, de la manzana que no se debe tocar?
Se supone que trastocar, romper las reglas de oro, sin las cuales la maquinaria de lo que se llama política no funciona.
Dicen los que saben de este negocio que en este quehacer se vale de todo para lograr los fines que se tienen, sobre todo a nivel personal con acciones que llevan a los protagonistas a verdaderos actos de trapecismo en que la convicción partidaria vale bolillo, pues brincan de un equipo a otro, y cambian de camiseta sin el menor rubor y si hoy defienden los colores tricolores mañana se mueren por  los colores azules sin ninguna pena, porque dicen y alegan, que en el partido que abandonaron no les daban juego y claro llegan al nuevo para abusar de los derechos de los que llevan años en busca de una oportunidad y ven como el recién llegado se lleva la candidatura en juego porque sus jefes ven alguna oportunidad de ganar.
Así es el caso que se ha repetido una y otra vez en nuestro estado con personajes bien conocidos que un día eran priístas y ahora son panistas , o perredistas, o del PANAL o del partido que a usted se le ocurra que al fin de cuentas de lo que se trata es de estar en la jugada para mantener presencia de poder y de nómina.
Y como no pasa nada y los partidos andan sobre todo en  tiempos electorales espiando para ver qué es lo que desecha el partido fuerte para ofrecerle a los dolidos una camiseta nueva, el asunto crece en el terreno de chantaje para el partido fuerte que ve cómo sus cartas fuertes exigen candidaturas con la amenaza velada de que si no la tienen se van con la oposición.
No debería ser, pero es.
Esto no es nuevo.
Se da y todos lo saben.
Pero donde empeora es la guerra intestina de los partidos, particularmente del PRI en donde  algunos distinguidos miembros de este partido con especial subrayado en la elección del gobernador FAYAD donde todo indica su partido no jugó un papel correcto, pues faltó a la regla de oro de cualquier partido y de cualquier político que es la LEALTAD.
 Se dice que a lo mejor no todo el partido,  pero sí buena parte o por lo menos los que lo dirigían en ese momento y buena parte de la llamada clase política  comieron de la manzana prohibida y la jugaron contra quien se supone era su candidato por las razones que sólo ellos saben… y perdieron.
El libro sagrado dice que los primeros padres, por haber traicionado la confianza del señor: “fueron expulsados  del jardín del Edén para que trabajaran la tierra de la que habían sido formados y puso guardias y un remolino para guardar el camino hacia el paraíso”.
Es decir, se canceló el camino de regreso al Edén para ellos, quedaron fuera.
 Tocamos este tema, porque después de que pasaron estos hechos, quienes comieron de la fruta del árbol prohibido por lo que se ve, quedaron fuera de la jugada con una nueva clase política que la hace bien.
Lo menos que se podría esperar es la prudencia en su actuar, porque el sistema les ha pagado bastante bien durante el tiempo en que el sartén estuvo en sus manos. La verdad no se pueden quejar, les fue bien en poder y en dinero. Lo que se esperaba era la solidaridad de la tranquilidad y de no ser una piedra en el camino del nuevo régimen que cuenta con el apoyo ciudadano que fue quien lo llevó al cuarto piso sin duda alguna.
Pero sucede que se empiezan a ver signos peligrosos de inconformidad y casi de rebeldía de quienes siguen pensando que sin ellos esto no camina y en algún hecho reciente ya brincó la liebre.
Cuidado.

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