Grecia, el eslabón más débil del capitalismo y de la Unión Europea

NÚMEROS CLAROS

EL gobierno griego ha hecho muy poco para satisfacer las necesidades de sus socios de la eurozona, pero no puede hacer  lo que sus principios le prohíben. Casi la totalidad de las decisiones tomadas por el gobierno Alex  Tsipras están en contra de las peticiones de las reformas deseadas por Bruselas y el  FMI. La primera ley aprobada el  18 de marzo  pasado  por el Parlamento griego fue para solucionar la crisis humanitaria denunciada por el partido Syriza, ahora  en el poder, durante su campaña electoral.

 

Gracias a ello, ahora los hogares privados de electricidad con las reformas de los gobiernos de derecha, impuestas por el FMI, Banco Central Europeo y la  Comisión Europea, se vuelven a conectar y tienen accesos a sus viviendas. El gobierno también ha anunciado planes para reabrir la televisión pública ERT, abruptamente cerrada por el gobierno anterior, debido al desorden fiscal imperante.

En consecuencia, ahora lejos de reducir el número de funcionarios, serán recontratados 12 mil  trabajadores. A la vez, que el gobierno se compromete en una lucha inútil y políticamente costosa contra Alemania, en la demanda de reparaciones de daños de  guerra, más como una forma de coerción contra la Unión Europea que como una reivindicación legitima. Mientras que la lucha contra la evasión fiscal continúa, pese a que su  efectividad es todavía difícil de medir.

El gobierno de Alexis Tsipras no ha cambiado ni un ápice de su posición desde el primer día de su gobierno. Convencido de que había recibido de la población griega en las elecciones del 25 de enero, un mandato claro para poner fin a la austeridad, se negó a ceder a las demandas de sus acreedores europeos para impulsar las reformas liberales de su predecesor, Antonis Samaras.

En la víspera del fin de semana en Washington, en el marco de las reuniones del FMI, Yanis Varoufakis, el ministro de Hacienda, reiteró que su país no va a firmar compromisos en metas fiscales  que su economía no puede alcanzar. Esta es la justificación del carácter de la lista de reformas presentadas al Eurogrupo, reconstruida varias veces, principalmente respecto a la lucha contra la evasión fiscal, incluyendo fraude en el IVA, la lucha contra el contrabando y las cuentas de residentes griegos en el extranjero.

El gobierno griego cree que puede generar sólo unos 1.5 millones de euros de ingresos por privatizaciones de este año. Pero no hay planes para desregular el mercado de trabajo o aumentar el IVA.

El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ha dicho que no recomienda al resto de los países de la eurozona  el apoyo inquebrantable a  Grecia y aunque Grecia pueda salir de la zona del euro, pareciera que la paciencia se agota en el seno de la Comisión y aumenta su insatisfacción contra el gobierno griego. Los europeos habían anticipado una confrontación mayor con Grecia por  la definición de su programa económico, pero  el gobierno de SYRIZA se niega a debatir con ellos, prefiriendo una confrontación táctica y formar otro bloque con los enemigos de Europa, al menos en esta coyuntura.

Mientras, Grecia reclama la reparación de daños de guerra a Alemania de manera táctica. Por eso el carácter de las declaraciones de Alex Tsipras en su  visita a Moscú y al manifestarse en contra de las sanciones de la Unión Europea, las cuales terminaron por minar la confianza de los europeos en el gobierno griego.

Yanis Varoufakis, también ha manifestado que Grecia no desea que sus acreedores condonen sus deudas, sino que desean tiempo para pagarlas. Pese a ello, las reformas propuestas por el gobierno de Tsipras, vale la pena decir, ni siquiera forman un programa de izquierda, pues la lucha contra la corrupción y el fraude  no tiene nada que ver con una reforma fiscal real ni con los pobres de Grecia que se han multiplicado con la crisis.

Grecia está enfrentada con la Unión Europea y sus acreedores, la suerte que corra su economía terminará afectando la recuperación de las economías del mundo desarrollado y la economía capitalista en General. Hasta el momento, Atenas ha logrado cumplir con sus pagos de deuda con el FMI y los acreedores privados, pero todos se cuestionan sobre el momento en que se declare insolvente y sin medios para pagar, ni amigos que lo apoyen, pues difícilmente China o Rusia podrían correr en su auxilio.

Sin saber cómo, el gobierno ha tenido la capacidad para aprovechar las reservas financieras de las empresas públicas y los  fondos de pensiones; no obstante, esa práctica no puede durar para siempre y la supervivencia financiera del gobierno Tsipras es por ahora una cuestión de semanas, incluso días, pues el país debió pagar este 14 y 17 de abril 2.4 mil millones de euros en bonos a corto plazo del Tesoro, que el gobierno no ha dejado de emitir para financiar su presupuesto, y parte de lo que había suscrito con los bancos griegos.

La próxima fecha límite importante es el pago de una parte  de 780 millones de euros  al FMI el 12 de mayo y  hasta finales de junio, deberá pagar 23 mil millones de euros. Excluyendo los 1.5 mil millones que  necesita cada mes para pagar salarios y pensiones.

El gobierno griego tiene razón en pedir renegociar la deuda, pero nadie quiere escuchar sus razones, menos apoyar a un gobierno de izquierda que puede ser un ejemplo para otros países y desatar la rebeldía en Europa. Hoy todos se preguntan si Grecia saldrá de la eurozona, pero nadie está en condiciones de responder, dentro de una geopolítica que se está gestando en Europa después de la invasión y anexión de Crimea por Rusia.

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