Entre la inflación y el muro, los ciudadanos parecen resignados

Era evidente que la liberalización de los precios de la gasolina provocaría, a mediano y largo plazo, un incremento inusitado en los precios, impulsando al alza la inflación

Patriotismo y protestas se diluyen frente a la vorágine diaria que enfrentan los mexicanos. Todo pareciera indicar que vivimos dos países, el México de las protestas por inconformidad contra la política económica del gobierno actual y contra el proyecto de Donald Trump de construir un muro entre México y los Estados Unidos; y el otro México, el pasivo, el del fútbol y los días de campo, el de aquí no pasa nada, el de la conformidad y la resignación.

Era evidente que la liberalización de los precios de la gasolina provocaría, a mediano y largo plazo, un incremento inusitado en los precios, impulsando al alza la inflación; algo contra lo que ha luchado desde 1993 el Banco de México, quien ha orientado su política monetaria a través de sus objetivos inflacionarios anuales, subordinando la política económica a ellos. Ahora la evidencia está ahí, pues el INEGI ha anunciado el lunes que en la primera quincena de abril el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) llegó a 5.62”, en promedio anual, su nivel más alto desde mediados de 2009.

Si bien a finales de 2016 y a inicios de 2017, cualquier observador habría asegurado que México avanzaba hacia su “primavera árabe” con las protestas en contra de los aumentos a los combustibles, las cuales luego fueron sustituidas por el fervor patriótico y la condenación de la política del presidente Donald Trump en contra de México y los mexicanos, en particular por su decisión de construir un muro en la frontera sur de su país, acusando al gobierno nacional de inmovilismo; la realidad después de tres meses muestra que a la sociedad civil le falta fuerza para mantener sus demanda.

El incremento de los precios no sólo seguirá reduciendo el enrarecido poder adquisitivo de la mayoría de los mexicanos en los próximos meses, afectado ya por la pérdida de empleos en los hogares y la baja calidad de los salarios de quienes tienen empleo hoy, sino que en la medida que se libere completamente el mercado de los hidrocarburos, los mexicanos vamos a ver evolucionar los precios gracias a la imperfección de un mercado que escapará a las regulaciones de la PROFECO y sus sanciones.

De igual manera, si la aparente calma en las relaciones entre México y los Estados Unidos se había instaurado al nombrar México su nuevo embajador, el Maestro en Ciencias Gerónimo Gutiérrez, y dar inicio las negociaciones para revisar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), la realidad es que el presidente Trump no ha dejado de pensar en la construcción de su muro fronterizo; prueba de ello han sido sus declaraciones de este fin de semana, donde en medio de la aprobación del nuevo presupuesto federal, ha exigido que se incluyan recursos para comenzar a construirlo.

Los escándalos de corrupción y la detención del ex gobernador de Veracruz, Javier Duarte, parecen convertirse en una excelente cortina de humo que está neutralizando la opinión pública hoy, maniatándola para evitar que una efervescencia mayor pueda poner en peligro las próximas elecciones, sobre todo en el Estado de México, y en entredicho el propósito del partido en el poder de perpetuarse en Los Pinos en 2018. Pero lamentablemente, la oposición parece tambalearse, pues tampoco se escapa de los escándalos de corrupción, dentro de una clase política donde nadie parece estar libre de culpa, para lanzar la primera piedra.

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