EN LA UNAM
Juan Carlos y Juan Pablo hablaron de su padre en el conversatorio que se llevó a cabo este sábado en el Centro Cultural Universitario sobre la serie “100 años con Juan Rulfo”
Juan Rulfo fue un hombre sencillo, con una personalidad sobria que rehuía a hablar sobre sí mismo, pero era capaz de sostener por horas una conversación con el tendero o el albañil que trabajaba en los alrededores de su casa; fue un padre que disfrutaba hablar de música, que intentaba ayudar en las tareas escolares de sus hijos pequeños y que trabajaba por las noches; fue un creador apasionado de la antropología mexicana, de su labor en el Instituto Nacional Indigenista donde escribió más de 250 textos y fue un escritor que antes de morir decidió que su secretaria rompiera, hoja por hoja, su última novela.
Este es el retrato que Juan Carlos y Juan Pablo hicieron de su padre en el conversatorio que se llevó a cabo este sábado en el Centro Cultural Universitario sobre la serie “100 años con Juan Rulfo”, que realiza Media Luna Producciones, en el marco de la Fiesta del Libro y la Rosa que organiza Difusión Cultural UNAM.
Los hijos del autor de “Pedro Páramo” y “El llano en llamas” compartieron detalles íntimos y cotidianos de su padre, como que era parco para comer y desayunaba ligero, y que hablaba poco lo que propiciaba que la comunicación de la familia estuviera basada, en muchas ocasiones, en silencios.
“Era un ser sumamente discreto, delicado al hablar y al aseverar con muchos silencios. Hablábamos en silencio y nos comunicábamos en silencio, quizá esto era muy común en cierta generación en que la vista marcaba un ritmo y decía muchas cosas. Yo estaba muy pendiente en cómo se miraba y de qué manera se miraba para entender que había qué hacer y cómo actuar. Era muy importante mantener esa discreción en mi casa, él vivía así. Se nos hizo una costumbre, a veces no muy práctica porque cuando se sale del entorno familiar y se convive con otras personas se vuelve difícil manejarse en silencio. Yo he tenido serios problemas por quedarme callado porque pienso que las cosas son obvias y se ven”, dijo Juan Pablo.