Vitral Político
ENRIQUE PEÑA NIETO ha dicho: “Me siento como uno de ustedes”, en un mensaje ante más de 32 mil militares y sus familias, en una reunión que modifica la relación del jefe del Ejecutivo con las fuerzas armadas.
Les ha hablado que siente por ellos cariño, admiración, respeto, y que representan a la patria. Les dio detalles de cómo día con día, la entrega de los militares a las tareas asignadas motivan su gratitud personal.
Altos mandos, jefes, oficiales, tropa recibieron el mensaje del civil que tiene la atribución constitucional de dirigir a las fuerzas armadas. Dio el detalle puntual de lo que ha dispuesto durante su gobierno en apoyo del crecimiento profesional y mejora social de los militares y sus familias. “El gobierno no los ha abandonado”, dijo.
Un vínculo singular se ha establecido, entre las fuerzas armadas y el jefe del Ejecutivo federal, y juntos, desde luego, han marcado distancia respecto de Andrés Manuel López Obrador, sin mencionarlo, aunque ello queda claro, al punto que el aspirante presidencial ha respondido con el señalamiento de que “quieren confrontarme con el Ejército”.
En palabras expresadas en desagravio, Peña Nieto ha reprobado que se diga que las fuerzas armadas “están dedicada a ofender, lastimar, faltar a los derechos humanos, a masacrar, como alguno se atrevió a decir”.
Con esto, sin sentido figurado alguno, las fuerzas armadas cerraron filas al lado de Peña Nieto. Así, para lo que resta del sexenio, en un contexto de aprobación pública disminuida, de comunicación social federal de poco impacto, el Presidente de la República se ha fortalecido.
Andrés Manuel López Obrador carga un problema mayor, y pronto tendrá que establecer su posición respecto de la actuación de las fuerzas armadas en los pasados 10 años, que él y la izquierda radical han puesto bajo crítica, y cuando más tarde en aclarar sus dichos, más grande será el abismo entre él y los militares…
VIDRIOS ROTOS.—El asesinato de la periodista Miroslava Breach Velducea, en la ciudad de Chihuahua, tuvo una consecuencia que intensifica el dolor que causa la violencia contra los profesionales del periodismo: el cierre del periódico Norte, editado durante 37 años, en Ciudad Juárez, por Óscar Cantú Murguía.
El director del periódico en el que publicaba Miroslava Breach, y quien también era corresponsal de La Jornada, en carta a los lectores, estableció:
“Todo en la vida tiene un principio y un fin, un precio qué pagar. Y si este es la vida, no estoy dispuesto a que lo pague ni uno más de mis colaboradores, tampoco con mi persona”.
El cierre de Norte de Ciudad Juárez es un golpe a la libertad de expresión, y obliga a los poderes Ejecutivos estatal y federal, así como al Congreso de la Unión, a la toma decisiones para que se garantice la libertad de expresión, la tranquilidad y la paz públicas en la entidad norteña.
