Sin exagerar… El mundo debe estar pendiente
El encuentro en Mar-a-Lago, el club privado del presidente estadounidense, será el primero entre ambos líderes
La capacidad de entendimiento entre ambos gobiernos es una incógnita. Dos días antes de la visita de Tillerson a Pekín, Trump se quejó en Twitter de que China “había hecho poco para ayudar” a contener las ambiciones nucleares de Corea del Norte, que tiene en el gigante asiático su mayor aliado. El desafío del régimen de Pyongyang será uno de los asuntos centrales
Bajo el sol y el ambiente relajado de Florida, y alejados de la presión de hacer anuncios relevantes desde la formalidad de la Casa Blanca. En ese ambiente, Donald Trump, recibirá a su homólogo chino, Xi Jinping, la próxima semana en Mar-a-Lago, el club privado del republicano en Palm Beach.
Será la primera reunión entre ambos líderes desde que Trump asumió la presidencia en enero y servirá para medir la aproximación entre las dos mayores potencias mundiales tras un inicio convulso de la relación bilateral.
Trump se reunirá el 6 y 7 de abril en Mar-a-Lago con Xi para hablar de “asuntos globales, regionales y bilaterales de preocupación mutua”, según anunció ayer la Casa Blanca.
El presidente estadounidense aspira a convertir su elitista club de golf en Florida, donde ha pasado varios fines de semana, en un escenario diplomático desde el que tejer complicidades personales. Trump ya hospedó en febrero en Mar-a-Lago al primer ministro japonés, Shinzo Abe, pero en ese caso ambos viajaron a Florida tras mantener un encuentro oficial en la Casa Blanca, en Washington.
Tras criticar a China durante la campaña electoral, poco después de ganar las elecciones de noviembre, Trump abrió una crisis diplomática con Pekín al hablar por teléfono con la presidenta taiwanesa, Tsai Ing-wen, y asegurar que condicionaría su respeto a la política de “una sola China” solo si recibía a cambio concesiones de Pekín en asuntos de interés compartido.