CINE DE AYER
En la parte final del espléndido Ciclo de Cine Checo de los Sesenta que se celebró en la Cineteca Nacional, tuvimos la oportunidad de ver tres cintas que trataban de buscar la forma de denunciar la brutal ocupación soviética, y que por ello tuvieron problemas con la censura.
La espléndida Alondras en un hilo de Jiri Menzel permaneció enlatada durante muchos años. Ambientada en la época de la rectificación social de los 50, es una corrosiva crítica al
Pájaros, huérfanos y locos de Juraj Jakubisco sobre un guión propio y de Karol Sidon narra la historia de tres extraños personajes Andrej (Philippe Avron), Yurik (Jirik Sykora) y Martha (Magda Masyrova) que habitan en un mundo caótico donde la violencia y la locura los amenaza constantemente.
La joven e inocente Martha se vuelve una víctima ideal para la violencia irracional que la rodea y que es sin duda una metáfora del propio país ante la brutal invasión soviética.
Filme bello y caótico con una fotografía psicodélica de Igor Luther.
Los frutos del paraíso de Vera Chytylova es una paráfrasis del Génesis con una Eva (Jitka Novakova) mucho menos inocente, que debe defenderse de un asesino serial llamado Josef (Karen Novak) capaz de engañar a un despistado Adán.
Aunque ya había participado en el filme colectivo Perlas en el fondo del mar con la historia Automát Svet, la Chytilova se convirtió en una cineasta de culto que luego de sus problemas con la censura filmaría obras maestras como El juego de la manzana.
Digno final de un espléndido ciclo, que bien merecería una segunda vuelta, ya que las cintas solo tuvieron dos exhibiciones.