Afronta la agresividad de decenas de bandas
Luis Alvarado habla alto para que quede bien claro lo que dice: “Pasó lo de la niña y pusimos el cartel”, dice, “para que le bajen”. Lo de la niña fue un intento de secuestro, otro. Luis, abogado, cuenta que han pasado cosas así últimamente en el pueblo: secuestros, robos, asaltos.
El cartel es un plástico enorme que él y los demás colgaron de la fachada de una casa en medio del pueblo. Todos los vecinos de Piedras Negras podían verlo. Todos pudieron leer: “La persona que sea detenida cometiendo un delito será castigada por el pueblo. No es juego ni broma. Piénselo antes de robar, secuestrar o asaltar”.
– ¿El pueblo castigará?
– No lo vamos a matar, pero al que agarremos servirá de ejemplo
Las autodefensas de Piedras Negras, un pueblo a hora y media del Puerto de Veracruz, se presentaron en sociedad hace ahora cuatro años. En marzo de 2013, varios medios locales contaban que vecinos de Piedras Negras se habían armado, cubierto la cara y hacían rondines para evitar asaltos, robos… El Gobierno estatal dijo entonces que aquello era un cuento: “En Veracruz no hay autodefensas”, dijo el secretario de Gobierno. Como si el problema fueran ellos y no aquello contra lo que se defendían.
Alvarado y los demás adoptaron un perfil más bajo. Descubrieron sus caras y guardaron rifles y machetes. Pero ahí siguieron. Hace unos días, desesperados, colgaron el cartel.