* Hay mejores cosa qué hacer
Cualquier cosa que diga o escriba, podrá ser usada en su contra.
Resulta que durante toda esta larguísima temporada de campañas políticas, no son pocos los partidos que, a falta de una estrategia por lo menos interesante para hacer llegar sus mensajes, han decidido que lo mejor es dedicarse a monitorear medios informativos para clamar a los cuatro vientos que ha habido inequidad en ese rubro.
Es decir que desde estos momentos preparan una demanda monumental para invalidar las elecciones que todavía no se realizan, en un esquema cada día más absurdo y vergonzoso de lo que es la política mexicana.
A lo anterior se suma un manejo por lo menos no explicado de los recursos que reciben para aplicarlos en propaganda.
La misma historia de siempre.
Y por lo mismo resulta hasta rutinario intentar encontrar nuevas aristas que pudieran, cuando menos, generar cierto interés. No lo hay.
Tal vez sea también el hartazgo, ver que los ciclos se repiten, que las historias también junto con la aparición de uno u otro personaje de cierto perfil nuevo, pero que no lo es.
Es el hartazgo de la política.
Que quiero suponer no padecen todos. Que resulta diferente para los que están metidos en el equipo de campaña de cualquier candidato.
Pero si ve de lejos el asunto, es lo mismo.
Sin cambios reales.
Igual que el día de las elecciones, los posteriores con un mar de denuncias por parte de los plañideros de siempre.
Vaya pues que aquí la dejamos.
Debe haber mejores cosas qué hacer.
Seguro.
Como ponerse a leer un libro de Galeano, o releerlo si ya se hizo. Agarrar el gusto por el fútbol como cuando jóvenes.
Porque insistir en esto de la política, de veras que no es de Dios.
Mil gracias, hasta mañana.
twitter: @JavierEPeralta
