Holanda vive elecciones que serán trascendentales

UE pendiente del posible triunfo del Trump holandés

Los holandeses votan hasta en una isla desierta; la participación sube 2 puntos en tres primeras horas de comicios en Holanda
“Pase lo que pase, el genio no volverá a la botella”, dijo el líder del Partido de la Libertad (PVV) sobre el ascenso del populismo en Europa. “Lo primero que haré será convocar un referéndum” contra la Unión Europea”; “Vamos a frenar el islam”, proclamó
Los holandeses saben que el mundo entero está observando sus papeletas. Ellos mismos están atónitos con la atención que están recibiendo estos días. Cuando van a depositar su voto son rodeados de periodistas, agencias de encuestas e investigadores…
Algunos han preferido esperar a la pausa de la comida, entre las 12.00 y la 13.00, para coger sus bicicletas y acercarse corriendo a votar antes de volver a la faena. Este país, nunca en su historia había protagonizado unas elecciones tan trascendentales.
En los lugares más emblemáticos hubo mucha cola para votar. Algunos han votado apurados en la misma estación de tren. La participación general está siendo bastante más alta que los comicios de 2012. Lo cual es una mala noticia para los partidos más pequeños, pues se pueden quedar sin escaños, pero una muy buena para los grandes, ya que serán claramente grandes.
El sistema es de listas abiertas y distrito único. El pastel se divide entre los que más votos tienen y hay 28 partidos de diferentes ideologías que concurren a estas elecciones. La mayoría se llevará algún escaño, dicen los expertos.
Tampoco han faltado las quejas de algunos votantes. En Ámsterdam, no ha sentado nada bien que una de las mesas electorales estuviese en una mezquita. “¿Votar en una mezquita turca con banderas turcas, radio turca de fondo y oraciones del Corán esparcidas sobre la mesa?”, advirtió uno de los votantes, en un mensaje indignado de Twitter.
La sensación en la calle es que Holanda no vota por un programa electoral determinado, sino por y para frenar o dar alas al populismo. Geert Wilders. El ultraderechista no hizo honor a esa identidad holandesa de la que tanto pregona. Llegó media hora tarde de lo previsto y suya fue la sorpresa cuando se encontró con más de un centenar de periodistas, cámaras y grabadoras a la espera de las declaraciones del político estrella del momento.
El primer ministro Mark Rutte dijo en el día histórico. “Debemos evitar que ocurra un efecto dominó. Este es un momento en el que nos jugamos o bien un cambio de rumbo hacia la dirección contraria o una apuesta por una política no experimental, que logre más éxitos a partir de los éxitos de los cuatro años anteriores”, advirtió, poco antes de dirigirse a otro grupo de chavales que le había traído unos dibujos y una bolsa con una crema de regalo.

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