La agenda proteccionista del presidente choca con uno de los sectores que lo impulsó a la Casa Blanca
México aplicó arancel especial hace seis años como medida de presión a un centenar de productos importados, cuando EU prohibió que camiones mexicanos pudieran circular por autopistas de EU. La disputa generó pérdidas de 2.000 millones de dólares y redujo hasta 30% exportaciones de los productos afectados, que incluía abetos para la Navidad o manzanas.
Para entender cómo Donald Trump ganó las elecciones en EU, basta con preguntar a vecinos del condado de Pottawatomie. Esta localidad de Kansas está en el corazón de la América rural. El magnate republicano fue válvula de escape que ayudó a sus vecinos a liberar años de rabia y ansiedad contenida.
La recesión asestó un duro revés al campo estadounidense, del que aún no se ha recuperado. Además tiene que lidiar con el desplome del precio del cereal, el alza del coste de los fertilizantes y la automatización de la producción.
La realidad que se vive en el campo, donde el sueño americano es esfuma poco a poco para 46 millones de estadounidenses, no tiene nada que ver con la euforia de Wall Street. Pero pasados cuatro meses del shock electoral, los agricultores y ganaderos tienen una inquietud porque el proteccionismo de la nueva Administración puede dar más palos a la industria.
La agenda del magnate está a punto de chocar frontalmente con la gran locomotora que le llevó a la Casa Blanca. Una coalición integrada por 133 compañías productoras y que exportan productos agrícolas, que representan a más de 15 millones de empleados, envió una carta al inquilino del Despacho Oval nada más tomar posesión defendiendo que se “modernice” el acuerdo de libre cambio con México y Canadá (NAFTA).
Pero también advierten de que un conflicto con México será dañino. La carta se publicó coincidiendo con el anuncio del plan para renegociar el TLCAN. Entre los firmantes se encuentran desde gigantes como Cargill, Smithfield, Archer Daniels Midland o Tyson Foods hasta grupos que representan a los productores sectoriales. El temor es que si Washington es muy agresivo con los aranceles, otros países recurran a la misma táctica como represalia o miren a otros mercados.