HOMO POLITICUS


Economía de guerra
La Alemania Nazi creó un clima de prosperidad económica a través de la maquinaria de guerra. Mientras el mundo atravesaba por los estragos de la crisis de 1929, Alemania marcaba el ascenso hacia una visión beligerante y la expansión territorial; en la suma final toda economía soportada en una maquinaria de guerra termina en una guerra.



Donald Trump ha aumentado el gasto militar en un 9%, la escalada belicista de su gobierno lo vaticina todo.

La visión Trump del liderazgo de Estados Unidos, planteado a través de un aislacionismo conveniente, intenta fortalecer el mercado interno no sólo por medio del dinamismo interno sino por el efecto de las amenazas económicas y el castigo tributario para las inversiones y las empresas que no se “pongan la camiseta” de Estados Unidos.

Una variable a tomar en cuenta, es el hecho de que el presupuesto militar de ha elevado a 53,000 mil millones de dólares, cuestión que a todas luces presagia guerra y que debe tener satisfechos y contentos a las empresas de armamento, cuestión que creara también un clima de prosperidad interna por la interacción de los abastos más los empleos directos e indirectos que se crearan.

Hasta ahora, la serie de desencuentros de Trump marca un horizonte que no le permitiría prolongar su mandato 8 años; empero, si fortalece la economía, esta variable inclinará no sólo el apoyo de las élites económicas a su gestión sino también de los sectores trabajadores, lo cual se perfila con fuerza y se afianzará en la medida en que Estados Unidos marque el rumbo de los posibles conflictos bélicos.

Recordemos que una de las amenazas de Trump tiene que ver con atacar al “terrorismo”, cuestión que en el lenguaje Trump es el Estado Islámico (ISIS), condición que tiene dos entramados: si bien es cierto que en la precaria mente y concepción de Trump el terrorismo es una amenaza para Estados Unidos, no es menos cierto que tiene intereses sobrados en crear una guerra, sólo necesita el rival a modo, es decir pobremente armado y que sea débil en torno al ejército norteamericano.

La mesa está puesta, ahora sólo falta que inicie la escalada de guerra.

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