CINE DE MAÑANA

La hábil y astuta lobista o cabildera Elizabeth Sloane (Jessica Chastain) compara su trabajo a un juego de ajedrez en el que deben anticiparse los movimientos del rival.
De acuerdo al guión de Jonathan Perera, Elizabeth es temida en todo el medio por sus contactos y sus maniobras ilegales para ganar a toda costa apoyo para propuestas políticas. Sin embargo provoca el enojo de su inescrupuloso jefe George Dupont (Sam Waterston, por una vez de malo) al rechazar a la poderosa industria de las armas.
Y lo que es más, termina aliada con el principal rival de éstas Rodolfo Schmidt (Mark Strong, por una vez de bueno), lo que motivará que se busque terminar con la carrera de la lobista, con una audiencia encabezada por el corrupto senador Sperling (John Lithgow).
Se trata de Sola contra el poder, una entretenida cinta del oscareado realizador John Madden (Shakespeare enamorado), a cuya premier nos invitaron los buenos amigos de ZIMA.
El peso de la cinta recae en la talentosa Chastain que no fue nominada para los oscares, pero sí para los Globos de Oro, por su esplèndida actuación, como una mujer fuerte, al estilo de Elle –tal vez pensaron los académicos que con Isabelle Huppert era suficiente-, pero que también era frágil, por su incapacidad de amar y de dormir.
El director inglés goza rompiendo estereotipos y ya mencionábamos la inversión de los papeles de los actores.
También lo hace con la moral: el único personaje con un dejo de ésta y solidaridad es el prostituto Forde (Jack Lacy).
Por todos estos motivos Miss Sloane resulta un filme fascinante que no hay que perderse, a pesar de que dura más de dos horas 
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