HOMO POLITICUS
Es innegable que el primero de los frentes que ha desatado las medidas Trump, tiene que ver con los efectos de la polarización social de las medidas que son consecuencia de las prácticas abiertas y tacitas de xenofobia, racismo y política antiinmigrantes
Más allá de un escenario pletórico de incertidumbre y rencor, el primer mes de la administración Trump presenta cuatro puntos de confrontación político- social bien definidos.
Es innegable que el primero de los frentes que ha desatado las medidas Trump, tiene que ver con los efectos de la polarización social de las medidas que son consecuencia de las prácticas abiertas y tacitas de xenofobia, racismo y política antiinmigrantes que han desatado fuerzas y movilizaciones sociales no solo en estados Unidos sino a nivel internacional.
En el segundo escenario de la estela Trump, se encuentra el ataque a los centros neurálgicos de la procuración de justicia y de Seguridad Nacional, en los que no sólo ha destituido a personeros de estos encargos, sino que ha creado un entramado de intrigas basados en la lealtad al Presidente y a la república, condición que tiene molestos a mandos judiciales, tribunales y militares, situación peligrosas para Trump.
En el frente de las relaciones internacionales, el ataque se ha centrado en la responsabilidad que tiene tanto la Unión Europea como el resto de sus aliados a nivel mundial se asumir los costos económicos del orbe, así como políticos, de los que destaca el problema migratorio de Siria y contrarrestar al Estado Islámico (ISIS), cuestiones que irritaron profundamente a Europa.
En este trazo, la salida del Tratado o Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica y las impugnaciones al ALCA, se han focalizado en la postura anti-México, la cual se ha reforzado con la persecución de los migrantes mexicanos, como el caso del estudiante Daniel Ramírez, encarcelado sin que exista ilegalidad en su estancia en Estados Unidos o que haya violado alguna Ley de ese país; cuestión que mantiene en vilo la relación México-Estados Unidos pese a que el Secretario de Relaciones Exteriores Luis Videgaray sostenga que no existe una crisis entre ambos países, mientras la construcción del muro fronterizo grita lo contrario.
Lo insospechado de estos vertiginosos acontecimientos se refrenda en la alianza tácita con Rusia, que ha sido enunciada a través de la posible intervención en los comicios presidenciales que dieron el triunfo a Trump, se plantea desde la hipótesis de un ciberataque, hasta el uso de espionaje, condiciones que nos hacen recordar que la ficción Hollywoodesca no sólo es posible, sino que parece, a todas luces, desprenderse de la realidad.
Un mes de administración Trump, es la perfecta pincelada para advertirnos que el peso de la arbitrariedad política primará en su gestión, por lo que los tragos amargos habrán de incrementarse.