Conciencia Ciudadana
El sentido de las palabras de AMLO pareció llegar a fondo en el ánimo de sus oyentes, como solo sucede en las grandes piezas de la oratoria política
El discurso pronunciado por Andrés Manuel López Obrador hace algunos días en Los Ángeles California, puede considerarse como una de las piezas oratorias más interesantes de nuestro tiempo, tanto en uno como en otro lado de la frontera. Por su contenido y las condiciones en las que se emitió el mensaje del líder de la izquierda política mexicana, sus palabras abren una nueva forma de comprender la relación entre México y Estados Unidos y el camino por el que sus pueblos pueden marchar juntos en el futuro si logran superar la estridencia y el patrioterismo que hoy impregna los mensajes de sus gobernantes azuzando el rencor y la desconfianza entre sus gobernados. El sentido de las palabras de AMLO pareció llegar a fondo en el ánimo de sus oyentes, como solo sucede en las grandes piezas de la oratoria política.
En los Estados Unidos, donde el discurso político ha sido históricamente tan apreciado, esta clase de piezas oratorias (speeches) se ha convertido en una referencia permanente en la memoria ciudadana, a diferencia de nuestro país, donde desafortunadamente son desdeñadas y menospreciadas de manera sistemática.
AMLO ha modificado su discurso político manteniendo sin embargo la base argumentativa de siempre. Sus malquerientes lo acusan ahora de encubrir con piel de oveja sus verdaderos propósitos; celosos de su éxito, se niegan a reconocer su capacidad para percibir los profundos cambios que México y el mundo han experimentado, y que demandan nuevas ideas y formas de comunicación que a ellos les son aún desconocidas. Pero mientras las averiguan, el les lleva varios pasos por delante.
Los medios de comunicación tradicionales, lejos de ver estos acontecimientos como una oportunidad para frenar la decadencia de sus audiencias, prefieren seguir ignorándolos sin darse cuenta de que los ciudadanos cuentan ya con las opciones que les proporcionan las redes sociales para acceder a ellos e informarse certera y oportunamente.
Tres fueron los ejes en los que AMLO centró su discurso de Los Ángeles: la migración como un condición humana y un derecho universal; los migrantes como un elemento de progreso y no de retroceso de las naciones y la necesidad de que se conviertan en una fuerza organizada para informar a los sectores norteamericano más reacios a su presencia de la justicia que acompaña a los extranjeros que desean quedarse en su país a colaborar y compartir su progreso, contrario a lo que sostiene la propaganda fascista de Donald Trump. Estos tres elementos fueron finalmente, sintetizados en un proyecto de desarrollo compartido entre ambos países, haciendo un llamado a las fuerzas progresistas de los Estados Unidos a participar en su elaboración. La perspectiva humanista presente a lo largo de su discurso, ha llamado la atención de activistas sociales tan importantes como el Padre Solalinde, presente en el mitin angelino de AMLO, quien logró conmover las fibras sensibles de los presentes, a los que Donald Trump podrá señalados como criminales, pero jamás de acarreados o despolitizados, condición dejada en el pasado cuando decidieron quedarse y afrontar su destino en ese país.
El mitin no adquirió el tamaño multitudinario de los que el líder de Morena acostumbra reunir en México, pues no se rebasaron los mil o dos mil asistente como máximo, cifra sin embargo muy semejante a la que reúnen los candidatos de aquél país en sus reuniones de campaña. Sin embargo, la importancia del discurso reside sobre todo en el impacto que el discurso haya tenido entre los asistentes y además, el que llegue a tener en los acontecimientos políticos del futuro inmediato de las relaciones entre México y los Estados Unidos. Importante será también, en el cambio de actitud que pueda provocar entre los migrantes y la sociedad anglosajona para entender de otra manera de convivir y prosperar en esa nación. Y ese es, considero, el carácter que le da singularidad y relevancia al discurso de López Obrador en los Ángeles.
Y RECUERDEN QUE VIVOS SE LOS LLEVARON Y VIVOS LOS QUEREMOS, YA.