Estaba en manos del Estado Islámico
Confiscan gran cantidad de armas
“La resistencia del Estado Islámico es más débil de lo esperado. Sus militantes se están retirando hacia los barrios del norte”
Las fuerzas de seguridad iraquíes lanzaron ayer un ataque para arrebatar al autodenominado Estado Islámico el aeropuerto de Mosul y una base militar cercana, dos enclaves estratégicos para consolidar el avance en el oeste de la ciudad, el último bastión de la organización yihadista en suelo iraquí.
El aeropuerto está ya bajo total control de la policía federal iraquí, las unidades antiterroristas y la división de respuesta rápida de Irak.
En su interior han confiscado gran cantidad de armas en poder del Estado Islámico (EI) mientras la coalición internacional continúa bombardeando posiciones del grupo yihadista.
En las horas previas, la policía federal había logrado recuperar la carretera que conduce al aeropuerto. “El aeropuerto es un objetivo vital. Es de gran valor y lo hemos recuperado”, señaló el general Najim al Yaburi, al mando del ejército en la provincia de Nínive, cuya capital es Mosul.
Aunque las instalaciones han sido dañadas por el EI -han cavado zanjas en las pistas y alrededores para evitar cualquier uso-, el aeropuerto, situado en la periferia sur de la ciudad, podría convertirse en un cuartel de las tropas iraquíes.
El segundo blanco del asalto iniciado ayer es la base militar de Al Ghazlani, un estratégico fortín donde el ejército almacenaba un importante arsenal cuando huyó en junio de 2014 dejando expedito el camino a los adláteres de Abu Bakr al Bagdadi.
En su recinto los extremistas ejecutaron a 194 ex miembros de las fuerzas de seguridad el pasado octubre tras el inicio de la campaña militar para recuperar el control de Mosul.