Cuatro hermanos
Es un festival escolar, donde varios estudiantes presentan sus mejores trabajos en una exposición dispuesta en medio de la cancha de futbol, son acompañados por familiares, maestros y varios compañeros de escuela.
Casi es el turno de Daniela para exponer su proyecto; la acompañan sus dos hermanos mayores, Fernanda y Francisco, y su hermana menor, Fania. Ha estado muy nerviosa por lo que ha pedido a Fernanda que la apoye con su discurso. Se encuentran en el centro del lugar platicando cuando de pronto una gran explosión se escucha por los cielos, justo encima de su cabeza.
La gente en el lugar corre asustada al ver que enormes piezas de metal caen al suelo e intentan refugiarse bajo el techo de las gradas, Fernanda y Daniela huyen juntas pero algo que parece ser parte del ala de un avión se desploma a su lado y se separan tratando de salvar cada una su vida.
Justo en las gradas la gente se desespera, se aglutina en espacios para protegerse de las enormes piezas que siguen llegando al suelo, algunas incluso con fuego; no se han dado cuenta que en medio del tumulto han pasado encima de otros, se golpean y empujan por ganar mejores espacios de refugio.
Aunque parece eterno, la escena dura algunos minutos y sin embargo se puede ver que son varios los muertos, desde los pisoteados por los tumultos de gente hasta aquellos que no pudieron esquivar los escombros del avión.
Cuando todo parece haber terminado poco a poco la gente comienza a salir, a buscar a sus familiares. Se oyen llantos y gritos de desesperación y el ambiente se resquebraja aún más cuando comienzan a sonar las sirenas de apoyo.
Fernanda, quien había corrido a los vestidores, ahora buscaba a sus hermanos esperando encontrarlos sanos. A lo lejos puede ver a Daniela que camina en dirección a ella sin dejar de llorar, al parecer se encuentra bien pero han perdido de vista a Fania y Francisco.
Entre los que comienzan a rescatar ven a un hombre envuelto en una pequeña sábana y se acercan para confirmar que es Francisco; su cuerpo está completamente vendado por las heridas y su rostro lleno de sangre y moretones, no reacciona, pero cuando Daniela y Fernanda comienzan a llorar junto a él, abre lentamente los ojos para decir “estoy bien”.
Al encuentro llega Fania, quien había estado ayudando todo el tiempo pues parece no tener ni un solo rasguño, se alegran de verse y se funden en un largo abrazo de hermanos sabiendo que al menos ellos permanecen juntos.