José Ramón Cossío es ministro de la Suprema Corte de Justicia de México desde 2003. Desde la ventana de su despacho del Tribunal Constitucional, en el corazón de la capital del país, se observa Palacio Nacional. Desde el jueves, la sede del Gobierno mexicano guarda una exposición dedicada a los 100 años de la Constitución mexicana, promulgada el 5 de febrero de 1917 en la ciudad de Querétaro.
El Gobierno ha organizado un programa de actividades para el aniversario, que ha pasado desapercibido por los mexicanos de a pie en un país que tiene graves problemas de impunidad y acceso a la justicia. “Las constituciones no son objetos de culto, tienen que resolver problemas de la vida”, dice el ministro, que también ha dado clases de Derecho por más de 30 años.
El juez, también habla del momento que atraviesa México.
Pregunta: ¿Cómo ve el escenario político actual?
Respuesta: Complicado. La llegada del presidente Trump nos tomó muy desconcertados a pesar de que había señales para prevenirlo. Entiendo que uno reaccione humanamente ante este desconcierto con todo este tema de las banderas, la unidad y el discurso nacionalista. Me parece bien porque es una toma de posición. Pero ahora uno espera una serie de acciones que nos permita reparar, minimizar o nulificar lo que es muy previsible que se nos venga encima. Nos habíamos creído muy norteamericanos, muy globales y perdimos el piso en esta ilusión de que estábamos en un nivel distinto. Esto nos hace tomar un poco de conciencia.
P. ¿Cómo se pudo haber previsto?
R. Si sabíamos de la enorme dependencia del Tratado de Libre Comercio (TLC), los problemas de las remesas y los asuntos migratorios creo que debimos tomar un conjunto de medidas desde hace varios meses. Tuvimos que haber vuelto la mirada a Centroamérica, a los que tenemos muy abandonados. También hemos abandonado la parte del sur desde que rivalizamos con Brasil. Hace un rato que no aprovechamos las alianzas estratégicas. También nos tardamos en llegar a Cuba cuando había sido un socio importantísimo. Perdimos una enorme posibilidad de negocio por una serie de discusiones ideológicas.
P. ¿El sistema político está agotado?
R. El sistema político se reinventa todos los días. No creo que un sistema político se agote salvo en una condición extraordinaria donde venga una sustitución violenta de un sistema político por otro. Si llega un grado de desgaste tal pues es el anuncio de una revolución. En este momento no lo veo. Sí veo un desánimo generalizado. Creo que se tienen que tomar medidas muy serias para recuperar la confianza. Esto pasa por atender problemas muy severos como la corrupción y la impunidad. Se necesita una acción del Gobierno para legitimarse políticamente. Esta se obtiene actuando con el ejemplo.