Cuando se pensó en la Reforma energética se suponía que llegarían millones de dólares en inversiones de los Estados Unidos al sector energético, para vender petróleo y energía eléctrica dentro de un mercado prometedor monopolizado por PEMEX y la CFE
La liberalización del mercado de los hidrocarburos en México no previó el efecto Donald Trump en la economía ni la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Es cierto que las empresas de los Estados Unidos pueden decidir libremente donde implantarse, buscando siempre obtener una mayor rentabilidad; sin embargo, en medio de la globalización actual de la economía mundial las empresas no siempre siguen ese criterio, sobre todo cuando existen sanciones impuestas por el gobierno de los Estados Unidos si deciden realizar negocios con algún país sobre el que mantienen un bloqueo económico, como en el caso de Cuba.
Sin el bloqueo económico contra Cuba, hace tiempo que numerosas empresas de los Estados Unidos y otros países se habrían instalado en su territorio. Sólo recordemos la extraterritoriedad del bloque estadounidense en los casos de los bancos francés. BNP Paribas, debió pagar una multa de 8,834 millones de dólares a Estados Unidos por realizar transacciones con Cuba y Credit Agricole pagó 787 millones de dólares para evitar sanciones mayores por realizar negocios con Irán, Sudán y Cuba.
En este sentido, cuando se pensó en la Reforma energética se suponía que llegarían millones de dólares en inversiones de los Estados Unidos al sector energético, para vender petróleo y energía eléctrica dentro de un mercado prometedor monopolizado por PEMEX y la CFE; sin embargo, la realidad actual quizá termine facilitando el acceso al mercado de otras empresas europeas o asiáticas como Saudi Aramco; Gazprom; National Iranian Oil Co; Royal Dutch Shell; Rosneft; PetroChina o BP; obviamente, si se respetan las reglas del mercado y en verdad se abre el mercado a la inversión extranjera global.
La razón de ello, es que ninguna empresa estadounidense estaría en condiciones de enfrentarse a sanciones de parte del gobierno de Donald Trump y hay que aceptar que Trump está hablando en serio e impondrá un nuevo modelo de negocios y comercio en el mundo, aunque éste tenga que ver con la reconstrucción de barreras comerciales en su país.
Por ahora, hay que aceptar que el proceso de liberalización del mercado de los hidrocarburos está en marcha, a pesar del costo político que deberá asumir el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto y el PRI en las elecciones de 2018. Es posible la apertura de los mercados de hidrocarburos pueda premiar ahora a muchos hombres de la clase política que gobierna hoy, pero con una factura muy alta a pagar en 2018, algo que puedo evitar el PRI si hubiera dejado este proceso para el próximo sexenio.
Los primeros efectos de esos errores estratégicos ya están a la vista. El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) ha informado que la inflación promedio anual en el mes de enero llegó a 4.72%, producto del aumento de los precios de las gasolinas, nivel al que no llegaba desde septiembre de 2012; ello debido a que los precios al consumidor se incrementaron en 1.70% en el mes de enero, presentando su mayor aumento desde enero de 1999, cuando lo hicieron en 2.53%. Con este incremento, la inflación objetivo que hasta hoya ha guido la política económica de 3% para este año, ha sido superada y, seguramente, en la medida que el proceso de liberalización avance la inflación seguirá aumentando, pese a los controles del gobierno federal.
Todo parece indicar que se está estructurando una bomba de tiempo en la economía. Por un lado, la liberalización de los precios delos hidrocarburos, componente esencial de casi todos los costos de producción de productos y servicios; por otro, la renegociación del TLCAN y las amenazas de sanciones a las empresas que inviertan en México, de parte del Trump, pueden hacer que la economía en este año entre en recesión, sobre todo si se reducen las exportaciones a los Estados Unidos y no se encuentran mercados alternativos emergentes.
