A su juicio, los mayores cambios se concentrarán en dos capítulos: el energético y las reglas de origen. “Si se superan los obstáculos, pienso que incluso podríamos firmar un nuevo acuerdo con EE UU y Reino Unido [tras su salida de la UE] al mismo tiempo”, ha aseverado
“Lo más negativo para ambos países sería acabar en la Organización Mundial del Comercio (OMC) [en caso de ruptura del tratado, las relaciones comerciales entre México y EE UU pasarían a regirse por la normativa de este ente] y, por supuesto, una guerra comercial”
Los discursos optimistas suenan extemporáneos en el México de la era Trump. La palabra crisis se ha convertido en moneda de cambio común en las conversaciones de ciudadanos de a pie, políticos y empresarios, pero la economía –pese a los recientes recortes en las previsiones de crecimiento– aguanta en terreno positivo.
Por eso, en pleno huracán procedente de su vecino del norte, del que dependen el 70% de las exportaciones mexicanas, cualquier alocución positiva sobre el medio y largo y plazo de la segunda mayor economía latinoamericana, como la pronunciada ayer por Luis Téllez Kuenzler, presidente de la consultora Everis en México y exsecretario (ministro) en los Gobiernos de Ernesto Zedillo (PRI) y Felipe Calderón (PAN), destaca como una rareza digna de mención:
“Soy optimista sobre lo que México puede sacar en la negociación del TLCAN; hay enormes intereses en juego y estoy seguro de que esos intereses se van a estudiar”, ha subrayado en una conferencia en la Cámara Española de Comercio en la Ciudad de México.
“Creo que se llegará a un acuerdo en el que el TLCAN quedará básicamente como está; que permitirá a Trump salir victorioso frente a su opinión pública y a México, mantener el tratado”, apuntó el empresario.