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Cuba, con una sanidad con índices de un país rico

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¿Cómo lo consigue, aún con el embargo gringo?

La isla cuenta con indicadores que son la envidia de la región
La calidad de esa atención primaria, que había sido durante años la piedra angular de la salud pública, se ha visto afectada con una reducción en un 62% de la cantidad médicos de familia, de 34.261 en 2009 a 12.842 en 2014, según datos de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI)

¿Cómo consigue Cuba un sistema sanitario con índices comparables a los países desarrollados con un presupuesto propio de una región en vías de desarrollo? El gobierno caribeño siempre se ha vanagloriado de fomentar y cuidar del servicio básico, gratuito y de carácter universal que ofrece a su población.
Sin embargo, también cuenta con sombras: muchas infraestructuras deterioradas en continua reparación u obsoletas y un déficit importante de personal médico que las atienden que viene dado por diversos motivos: la prioridad otorgada por el estado a las misiones médicas internacionales o al incesante goteo de especialistas que logran exiliarse.
Una de las claves para los logros cubanos en materia de salud es que el gasto en el sector fue en 2015 de un 10,57% del PIB, muy por encima de países como EU, Alemania, Francia o España.
La otra cara son las clínicas exclusivas para turistas, gobernantes o altos mandatarios. El estado reserva los mejores hospitales, equipos y medicinas para la élite del poder y los extranjeros, mientras que desatienden la calidad del servicio que se le da al cubano de a pie que tiene que conseguir toda clase de medicinas en el mercado negro o pedirlos a sus familiares expatriados.
Y es que según el doctor Julio César Alfonzo, “Cuba tiene sus servicios médicos divididos en dos: uno está pensado para los cubanos y otro para los extranjeros, quienes reciben un cuidado de mayor calidad, mientras que la población nacional tiene que conformarse con instalaciones en ruinas, falta de medicamentos y equipos y falta de personal especializado, ya que éste es enviado al extranjero para generar ingresos para Cuba”.
En 1959, el país contaba con apenas 6.000 médicos, la mitad de los cuales emigraron tras el triunfo de la Revolución. La crisis sanitaria que se derivó le planteó al nuevo gobierno la necesidad de formar profesionales de forma masiva. Medio siglo después en 2014 era el tercer país del mundo con más médicos por cada 10.000 habitantes con 67,2, solo superado por Catar y Mónaco.