Ya no hacen las constituciones como antes
EL GRÁFICO
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, promulgada el 5 de febrero de 1917 cumplió “vigente” su primer, y quizá su único, centenario. Han sido tantas las modificaciones que los postulados de entonces para garantizar el derecho al trabajo, a la educación y a la salud se han visto mermados desde hace 30 años por la implementación de políticas económicas neoliberales donde es más importante la macroeconomía que la economía de bolsillo.
Ayer en Querétaro el presidente Peña pronunció un discurso que en el futuro será analizado a detalle por el contexto histórico que vivimos. Y no es por las referencias a “mantener el rumbo”, mensaje muy parecido al spot de cuidar el árbol, el Edomex, del PRI para su elección interna. Cada quien podrá sacar su propia lectura. Sino por dos cosas; el mensaje de reconocimiento al Ejército mexicano y la aceptación de la delicada situación que vive el país dados los embates de nuestro vecino del norte. Ayer mismo, corrían rumores de que sería dada a conocer la grabación de la famosa llamada telefónica entre los presidentes Peña y Trump. Donde el inquilino de la Casa Blanca trataría a su vecino de Los Pinos con poco respeto y menos tacto. Grabación que detonaría la solidaridad de la comunidad internacional con nuestro país.
Pero la deficiente implementación de las reformas estructurales trae consigo también una debilidad de las reglas del juego, de la ley. Recordemos que muchas modificaciones importantes a la Carta Magna quedaron sostenidas por alfileres en artículos transitorios. Ya ve usted el caso de la reforma educativa, quizá la iniciativa preferente presentada por Peña para este periodo ordinario en el Congreso sea el único logro de Aurelio Nuño al frente de la oficina que Vasconcelos hiciera grande; la reforma que facilita la revalidación de estudios técnicos y universitarios de los Dreamers. Qué bien, pero el reto de modernizar el sistema educativo nacional era mucho más grande.
El aniversario de la promulgación de la Constitución del 1917 debe servir como una referencia para las actuales legislaturas en el Senado de las soluciones que encontraron los distintos grupos políticos y militares que participaron en la Revolución Mexicana de 1910 para poner fin a los siete años de guerra sangrienta. En México llevamos una década desde que el entonces presidente Calderón declarara la guerra al crimen organizado en busca de un poco de legitimidad política. Y no se ha visto voluntad política por ningún lado para darle una tregua al país, al menos mientras dure el tsunami Trump. El centenario de la Constitución debe ser motivo para revisar si el actual estado de derecho está a la altura de la sociedad mexicana o lo que queda de ella.
En el radar
Bien por el Senado que adquirió el Teatro de la República en la ciudad de Querétaro. Importante inmueble y personaje arquitectónico vivo de las historia de México en el siglo XX. El antiguo Teatro de Iturbide estuvo en riesgo el año pasado de ser rematado por los anteriores dueños. Es decir, pudo convertirse en una tienda de conveniencia, departamental o estacionamiento antes de que la actual legislatura de la Cámara Alta asumiera su resguardo.
Periscopio
Larry Rubin, ex presidente de la American Chamber of Commerce en México y hombre fuerte del GOP en México salió a desmentir una situación que fue demasiado lejos en las redes sociales: En días pasados circuló información de dudosa fuente respecto a la revisión de teléfonos celulares con el fin de encontrar información que pudiera poner en riesgo de los Estados Unidos, principalmente memes de su presidente Donald Trump. Falso, dice el joven republicano, no hay tales revisiones ni suspensiones masivas de visas a mexicanos. Agrega que las revisiones de teléfonos celulares se aplican en sus aduanas desde hace dos años, pero con poca o escasa frecuencia. Si él lo dice habrá que creerle, pero si usted viaja a los Estados Unidos borre sus memes de Trump. Por si las moscas.
SubmarinoPolitico.com
El aniversario de la promulgación de la Constitución del 1917 debe servir como una referencia para las actuales legislaturas en el Senado de las soluciones que encontraron los distintos grupos políticos y militares que participaron en la Revolución Mexicana de 1910 para poner fin a los siete años de guerra sangrienta