México frente a Trump necesita de América Latina y el Caribe

Actuar con diplomacia y timidez quizá no sea la mejor forma de enfrentar al presidente de los Estados Unidos, Donald Trump

Actuar con diplomacia y timidez quizá no sea la mejor forma de enfrentar al presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. El presidente estadounidense ha dejado claro en su libro “Crippled America: How to Make America Great Again”, del cual el Ing. Slim dio recientemente una amplia explicación, que aplasta a sus rivales débiles y negocia con los fuertes. No obstante, el gobierno mexicano parece resignado a bajar la cabeza y mostrar cordura frente a Trump, empeñado en salvar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y evitar la deportación masiva de millones de mexicanos, porque la construcción del muro nadie podrá impedirlo, cuando Trump no entiende de diplomacia ni de modales.

Desde hace años México se ha venido distanciando de América Latina y el Caribe, a pesar de su participación en la creación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), en la Alianza Pacífico junto a Chile, Perú y Colombia, así comen el Proyecto de Integración y Desarrollo de Mesoamérica, junto a los países centroamericanos, Colombia y la República Dominicana. México ha optado por mantener un discurso amigable y cordial con los Estados Unidos, de apoyo a todas sus iniciativas en el continente Americano, evitando la confrontación y muchas veces poniéndose al margen de los problemas latinoamericanos, dándoles la espalda incluso.

Del 21 al 26 de enero pasado se realizó en la República Dominicana la V Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la CELAC, a la cual el presidente Enrique Peña Nieto prefirió no asistir en espera de su reunión frustrada con el presidente Trump, cuando debió hacerlo para fortalecer la posición negociadora de México con el respaldo de todos los líderes latinoamericanos y caribeños, los cuales condenaron en su declaración el cierre de fronteras y el proteccionismo comercial que ahora pretende instaurar Donald Trump.

El presidente Enrique Peña Nieto se ha visto ridiculizado por el presidente Trump, quien en la conferencia telefónica que sustituyó el encuentro frustrado, de acuerdo al texto que una persona con acceso a la transcripción oficial de la llamada telefónica proporcionó a The Associated Press (AP), le dijo a su homólogo mexicano, tú “Tienes un montón de hombres malos allá abajo…” tú “No estás haciendo lo suficiente para detenerlos, creo que tu ejército está asustado, nuestros militares no lo están, así que simplemente podría enviarlos para ocuparme de ellos”, afirmó Trump.

Pero la discusión no debería centrarse en señalar si son falsas o verídicas las afirmaciones del presidente Trump, como lo ha expresado la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), sino de entender y aceptar que el presidente Donald Trump no modificará su posición respecto a México, por lo que no negociará nada en los temas de comercio y migración donde no saque el mayor provecho posible; y si no lo hace simplemente cumplirá sus promesas de campaña.

De aquí que el estar lejos de los países de América Latina y el Caribe ahora, en este momento trascendental para el país y el subcontinente, sea un error del cual Trump sacará provecho, pues México se ve aislado y acorralado, lastimado por los Estados Unidos, después que durante años había aceptado todas sus propuesta y se había alejado de América Latina, dejando su lugar, el liderazgo que había ganado en los años setentas y ochentas, a Brasil, Argentina y Venezuela.

La timidez con que trata de conducirse el gobierno de México frente a los Estados Unidos, a fin de conservar y ampliar las relaciones políticas y comerciales que había logrado construir, no contribuyen a hacer respetar a las fuerzas armadas y las instituciones de México, tampoco a tener negociaciones exitosas con el gobierno de Donald Trump; para ello hoy es preciso tener a todos los países de Latinoamérica y el Caribe detrás y no darles la espalda.

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