Obama rompe su silencio
El expresidente afirma que “los ciudadanos ejercen su derecho constitucional de manifestarse”
Es extraño de que a pesar de citar los ataques del 11-S en su orden ejecutiva, Trump no prohíbe la entrada de ciudadanos de los países de procedencia de los autores de aquellos atentados: Arabia Saudí y Egipto.
Barack Obama rompió su silencio: apoya las protestas contra la prohibición de entrar a EU de inmigrantes de siete países de mayoría musulmana. “Están en juego los valores americanos”, advirtió.
En sus últimas horas en la Casa Blanca, el demócrata prometió mantener el tradicional respeto que se espera de un expresidente sobre las políticas de su sucesor. Pero hizo una excepción: hablaría si veía amenazados “valores centrales” de EU. Ese momento llegó muy pronto, cuando el nuevo gobierno de Donald Trump apenas cumple diez días en el poder que han ido acompañadas de constantes protestas ciudadanas.
Ha sido el portavoz de Obama, Kevin Lewis, quien reveló que Obama está “alentado por el nivel de compromiso que ve en comunidades de todo el país”. El día posterior a la toma de posesión de Trump, una multitud de mujeres protestó en Washington contra los comentarios machistas de Trump durante la campaña y en reclamo del respeto de los derechos de las mujeres, así como de minorías e inmigrantes. La prohibición de entrada a inmigrantes de Siria, Yemen, Irán, Irak, Libia, Somalia y Sudán, incluso con visado, provocó protestas espontáneas en todo el país desde el fin de semana.
“Los ciudadanos que ejercen su derecho constitucional de manifestarse, organizarse y hacer que sus voces las oigan los cargos electos es exactamente lo que esperamos ver cuando los valores de EU están en juego”, dijo Lewis.
“Los estadounidenses deben ser guardianes de la democracia, no solo durante las elecciones”, agregó en referencia a las manifestaciones que irrumpieron el fin de semana en Nueva York, Washington y en decenas de aeropuertos en protesta por el veto migratorio de Trump, ampliamente considerado veto musulmán, aunque la Casa Blanca lo niegue.
Obama rechazó las afirmaciones de la nueva Casa Blanca de que el decreto de Trump estuvo inspirado en una política de su Administración y subrayó, a través de su portavoz, que “está fundamentalmente en desacuerdo con la idea de discriminar a individuos por su fe o religión”.