Discurso de Trump fue de emperador: académicos Marca el inicio de una nueva era del discurso “político”

Egolatría, y sumisión de los demás

“Otra de las mentiras de Trump es que EU ha enriquecido y protegido la frontera de otras naciones, cuando ha ocurrido lo contrario. Ha empobrecido a otros países y no ha protegido sus fronteras, sino sus intereses geopolíticos, como sucedió en Afganistán, Libia y Siria”
El discurso de toma de protesta de Donald Trump fue la declaración de un “emperador” egocéntrico, populista y mesiánico, carente de información así como de bases argumentativas, afirmaron especialistas de la UNAM.
Diana Marenco Sandoval, académica de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM, explicó que los discursos de la democracia no sólo deben reconocer al pueblo como interlocutor, sino también considerarlo partícipe de los planes y de los proyectos que se plantean para el gobierno, sin embargo el discurso de Trump fue una declaración unipersonal, egocéntrica con la que buscó mostrar su “poderío” puesto que fue populista, conservador y “profundamente demagógico”;
“El de Trump es unipersonal. Es él, el gran señor, quien le regresará “América” a los “americanos”, aunque se refiere sólo a los WASP (white anglo-saxon protestant). No obstante, los más desprotegidos han sido precisamente los latinos y las minorías que tanto desprecia. La suya es una pieza de oratoria profundamente ignorante, carente de información y de bases argumentativas: desconoce su pasado y su historia, es el discurso de un ególatra”, indicó.
Consideró que la llegada de Donald Trump a la presidencia de EU es el inicio de una nueva era del discurso “político” en el que se acaban los sacrificios por los demás; “es, más bien, una declaración de guerra a sus adversarios, agresivo, en donde deja claro quiénes son y a qué se deben atener si no obedecen sus órdenes”.
“Es una alocución que corresponde más a un “emperador” que a un presidente democrático, porque excluye al pueblo y carece de toda empatía. La alusión que hace de desaparecer de la faz de la tierra al terrorismo islámico no es sólo beligerante, sino peligrosa. Y cuando se refiere a su lucha contra la pobreza, su narrativa es falaz porque en el fondo su alegato va en contra de los más vulnerables: negros, mexicanos y latinos”, subrayó.
Es demagógico y patriotero, subrayó Marenco, porque apela al sentimiento más primitivo e irracional del nacionalismo: “América” es lo primero y para los “americanos”, refiriéndose a los estadounidenses.
Eduardo Rosales Herrera, investigador de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán, explicó que el discurso que Trump fue populista, fantasioso, con mentiras e, incluso, con tintes mesiánicos. “Fue populista al expresar que devolverá el poder al pueblo. Son los tintes recurrentes precisamente de la demagogia populista. Fue patriotero porque señala que EU será nuevamente grande y, además, ‘ayudado de Dios’, lo cual raya en lo místico y mesiánico”.

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