Crónica
Por gasolinazo y exigiendo justicia para los jóvenes caídos en las manifestaciones de Ixmiquilpan
Pobladores de diversas localidades del Valle del Mezquital y del estado se agruparon a las once de la mañana en la conocida glorieta 24 horas de la ciudad de Pachuca, dispuestos a marchar rumbo al Congreso reprochando el aumento a la gasolina y exigiendo justicia para los jóvenes caídos en las manifestaciones de Ixmiquilpan a principios del mes.
Llegaron en 17 camiones un aproximado de 700 personas provenientes Ixmiquilpan, Santiago de Anaya, Tasquillo, Actopan, Huichapan, Xochitlán y Valle Ñañu de Xochitlán, Tepeji del Río, Tulancingo, Pachuca, San Agustín Tlaxiaca, Mixquiahuala, San Salvador, Chilcuautla, Alfajayucan, Zimapán y Cardonal, y en tiempo de una hora llegaron al edificio legislativo, anunciando su transcurso con cohetes y consignas.
Aunque por unos minutos se les negó la entrada a la explanada del recinto, lograron acceder para dialogar con los diputados que ya se encontraban esperándolos, sin embargo al no ponerse de acuerdo para entregar una comitiva de negociación algunos manifestantes comenzaron a marcharse o subirse a los camiones que los transportaron.
Fue el gasolinazo, la muerte de los jóvenes en manos de federales, la renuncia del presidente municipal de Ixmiquilpan, Pascual Charrez, y de su hermano, el diputado Cipriano Charrez, la cárcel para el secretario de seguridad, y el exhorto para una nueva constitución política del estado algunas de las peticiones que al principio vocearon con un defectuoso micrófono y una débil bocina los líderes de los comunales.
No obstante, y ante la presencia de cuatro diputados (Luís Marroquín, Ernesto Vázquez Baca, Oración Trejo y Erika Saab Lara), quienes buscaban llegar a un acuerdo de dialogó únicamente con un grupo de representantes, los inconformes iniciaron con peticiones que iban más allá de las originales, exigiendo la presencia de todos los legisladores y de sesionar en la Cámara alta que actualmente está inhabilitada.
El desacuerdo llevó dos horas en el patio del recinto legislativo, donde fueron retenidos los cuatro legisladores a bordo de una camioneta improvisada como templete para los discursos, a espera de que los mismos inconformes pudieran ponerse de acuerdo en cuanto a sus peticiones, ya que mientras algunos pedían la representación de uno por cada municipio para dialogar; otros recalcaban en la decisión de sesionar dentro del edificio y la presencia de todos los diputados.
La fuerza pública permaneció inerte durante este tiempo, atentos por momentos a las acciones de los pobladores que no dejaba de lanzar cohetes y anunciaban sus peticiones, y fue hasta llegada las tres de la tarde que se organizaron para entrar a dialogar tres representantes de cada municipio.
Expusieron desde su inconformidad por el aumento a la gasolina, la renuncia de los Charrez, cárcel para el secretario de seguridad, salida de la policía federal y estatal de dichas zonas, la renuncia de los diputados y eliminación de las reformas estructurales, una nueva constitución estatal, autonomía de los pueblos indígenas, rehabilitación de la refinería de Tula, eliminación de los impuestos a las gasolinas, y demás acciones que terminaron en apoyo de despensas, para compra de semillas y reducción al gasto de placas de transporte.
Al final y luego de más de dos horas de negociación alebrestada, reproches e insultos, los diputados acordaron firmar de recibido el documento de peticiones, sin lograr llegar a un acuerdo por lo que planteaban la posibilidad de acudir este próximo miércoles a la sesión permanente para conocer las decisiones que tomarán los diputados en cuanto a las exigencias.
