Ixmiquilpan
El alcalde, Pascual Charrez, intentó durante dos semanas un acuerdo con delegados municipales afines a él, para conseguir se abriera la carretera, la cual mantuvo un bloqueo durante dos semanas. Sin embargo, el propósito del Alcalde fracasó, luego de que intentara concentrar a 50 mil personas
El Ayuntamiento de Ixmiquilpan intentó capitalizar la apertura de la carretera México-Laredo, de la que apenas ayer se dio el libre paso.
Personal de la Presidencia Municipal acudió a la oficina de la Secretaría de Turismo de Hidalgo para informar que en el municipio ya no había bloqueos, ello, a pesar que no hicieron ningún esfuerzo al respecto, ni establecieron diálogos para este propósito.
Tras la apertura de la carretera federal, personal del Ayuntamiento se reunió con el Secretario de Turismo de Hidalgo, Eduardo Baños, para informarle “oficialmente” que la carretera se encontraba libre y que el tránsito estaba garantizado.
La dependencia a través de su vocero, Eduardo Gómez, confirmó la presencia de personal de la Presidencia Municipal para dar este informe. El propio Secretario dio a conocer que con el desbloqueo de la carretera se reactiva el turismo en el corredor de los balnearios.
Sin embargo, integrantes del movimiento, por la mañana dieron a conocer que el acuerdo para la apertura del camino, se dio mediante un acuerdo de quienes conformaron esta protesta social.
En una asamblea decidieron que se levantaba el bloqueo mediante sus reservas.
El presidente municipal, Pascual Charrez impulsó durante dos semanas un acuerdo con delegados municipales afines a él, para conseguir que se abriera la carretera, la cual mantuvo un bloqueo durante dos semanas consecutivas.
Sin embargo, el propósito del Alcalde fracasó, luego de que intentara concentrar a 50 mil personas, mismas que según sus planes, eran acudir a la Ciudad de México para exigir a los diputados federales, echar abajo los Impuestos Especiales sobre Producción y Servicios (IEPS) a los combustibles que provocaron el alza de precios.
Durante dos semanas, el Alcalde se reunió con delegados municipales para debilitar el movimiento, argumentando que se ponía en riesgo la estabilidad social, generado por el desabasto de alimentos y de combustibles en las gasolineras de Ixmiquilpan.