TERRAZA
El domingo pasado arrancaron formalmente las campañas políticas del proceso electoral del 7 de junio.Durante los próximos tres meses, mediante 11.3 millones de spots, discursos y debates, los partidos políticos y sus candidatos, buscarán presentarse como la mejor opción para ocupar nueve gubernaturas, cerca 1,000 alcaldías y cientos de curules a nivel local y federal.
No es ningún secreto, que las elecciones de 2015, se llevarán a cabo en un contexto de desprestigio y falta de credibilidad hacia la clase política en su conjunto. Durante este proceso, las instituciones políticasde nuestro país, tanto gubernamentales como partidistas, se enfrentaránal reto mayúsculo, de mantener al país en una ruta democrática e institucional. A pesar de la dificultad que normalmente suponeel abstencionismo en las elecciones intermedias, habrá que reconquistar a los ciudadanos desencantados. En este sentido, cada partido político debe abordar de forma frontal y con autocrítica, los retos particulares que le esperan en este proceso.
El PRI, como partido de gobierno, se enfrenta al reto de convencer a la ciudadanía de que el camino emprendido con la aprobación de las reformas estructurales, es el correcto. Actualmente, sin embargo, los bajos precios del petróleo, los recortes presupuestales anunciados para 2015 y 2016 y la depreciación del peso frente al dólar, han generado incertidumbre acerca del futuro económico del país, a la que dicho sea de paso, poco contribuye el panorama internacional.
Si bien es cierto, que las reformas comenzarán a dar resultados en el mediano plazo, la ciudadanía espera resultados más inmediatos. La estrategia del revolucionario institucional, por lo tanto debe buscar convencer a la a los electores sobre la relevancia de las reformas aprobadas , destacando que la agenda iniciada a principios del sexenio aún es vigente, necesaria, y que no existe ningún otro partido que pueda culminarla.
El Partido Acción Nacional, a quien las encuestas ponen en el segundo lugar de las preferencias, se enfrenta al reto de subsanar las divisiones internas y de capitalizar el descontento con el PRI. Actualmente, sin embargo, el PANsigue sin ser la alternativa para muchos mexicanos que perciben que el partido no ha aprendido las lecciones derivadas de 12 años de gobierno. Quizá es momento para el que el PAN deje de ser su propia oposición y se concentre en recuperar el capital político que alguna vez lo llevó a los Pinos.
Para el PRD las elecciones del 7 de julio significan un punto de inflexión que no tiene comparativo en la historia reciente del partido. Como el PAN, el partido se ha visto inmerso en disputas por el control de la dirigencia, cuyo único resultado ha sido la renuncia de figuras emblemáticas como su fundador, Cuauhtémoc Cárdenas. Además, actualmente el partido tiene que cargar con el estigma de no haberse distanciado de Ángel Aguirre a tiempoy de haber postulado a la alcaldía de Iguala a José Luis Abarca, señalado como autor intelectual de la tragedia de Ayotzinapa.
Sin la convocatoria de López Obrador, el partido del sol azteca, se avecina a lo que podría ser una debacle electoral capitalizada por Morena. No obstante, como toda crisis, la jornada electoral del junio representa la oportunidad de distanciarse de las izquierdas de corte radical y asumir el papel de una izquierda moderada, de talente moderno, que tanta falta le hace a México.
El Movimiento de Regeneración Nacional de López Obrador tiene la oportunidad, de por fin consolidarse como partido político y de dar un sorpresa al desplazar al PRD como opción de izquierda. Sin embargo, los buenos números que Morena pueda obtener en estas elecciones, no necesariamente significan un triunfo para Obrador cuyas intenciones apuntan hacia el 2018. Lo que hoy representa un activo, mañana puede ser un lastre. El carisma de un líder popular puede convertirse en manejo cupular del partido que lejos de sumar, reste en 2018.
Finalmente los partidos pequeños (y no tan pequeños), liderados por el Verde Ecologista, se enfrentan a la mácula de ser partidos oportunistas sin ideología clara, que responden a intereses coyunturales. Frente a ello, estos partidos pueden elegir entre seguir en ese camino, o adquirir vida propia. Las multas al PVEM anuncian que le camino elegido es el primero.
Las elecciones de este año deben obligar a los partidos en su conjunto, a reasumir su papel con la sociedad, lo que sólo puede ser logrado mediante un poco de autocrítica y reflexión. Queda en ellos.