La incertidumbre comienza el 20 de enero

2017, el año que el mundo vivirá en peligro

EU se prepara para una campaña electoral continua, con un líder dispuesto a frenar la apertura a Cuba o impulsar la explotación petrolera
Ghaemi, director del programa de Trastornos Afectivos de la Universidad de Tufts explica que Trump puede tener hipertimia, (exceso de actividad). Eso “hace que Trump pueda ser mucho mejor como político en campaña que como gobernante”. Los hipertímicos tienen una energía arrolladora, pero pueden ser irreflexivos hasta el extremo
En mayo de 2011, mientras los Navy SEAL volaban hacia Pakistán a asesinar a Osama bin Laden, Barack Obama se rió del que ahora va a ser su sucesor mostrando ante cientos de personas (y decenas de millones de espectadores e internautas), en la cena de corresponsales de la Casa Blanca, una caricatura de la residencia del presidente de EU en el caso de que fuera habitada por Trump.
Era una especie de cruce entre la mansión Playboy y un casino. Ni Obama ni nadie imaginaba que Trump iba a ser algo más que una estrella de reality shows cuyas diatribas en 140 caracteres no se podían tomar en serio.
Ahora, cinco años y ocho meses después, Donald J. Trump va a suceder a Obama. Lo primero que va a hacer -se supone que tras la misma ceremonia y antes de las fiestas de inauguración de la noche del 20 de enero-, no será decorar la residencia, sino algo mucho más trascendental: firmar una serie de órdenes ejecutivas en las que desmantele una parte del legado de su predecesor.
Nadie es capaz de predecir el alcance de esas órdenes, que son lo más parecido a un Real Decreto que hay en EU. La reforma sanitaria de Obama y la regulación de Wall Street de la Ley Dodd-Frank sólo pueden ser modificadas por el Congreso.
Pero Trump puede empezar frenando la apertura a Cuba, trasladando la embajada de EU en Israel de Tel Aviv a Jerusalén, abriendo a la explotación petrolera una serie de territorios que Obama ha declarado protegidos y revisando programas de compra del Departamento de Defensa.
UNA MANO EN EL BOTÓN NUCLEAR Y LA OTRA EN TWITTER
Tiene miles de opciones. Y, cada una, con consecuencias muy diversas. Algunas órdenes pueden cambiar la política de EU. Otras, tener sólo un valor propagandístico, típicas en un presidente que parece que va a gobernar con un dedo en el botón nuclear y otro en su cuenta de Twitter.
Éste va a ser un presidente muy mediático. Un ejemplo: Franklin Delano Roosevelt creó el concepto de los 100 primeros días de Gobierno para referirse al periodo de tiempo en el que un jefe de Gobierno tiene el favor de la opinión pública y puede llevar a cabo medidas impopulares.
La campaña de Trump baraja la posibilidad de lanzar los 200 días de Gobierno, lo que en la práctica sería, simplemente, un plan para combinar la acción ejecutiva con los grandes mítines y los mensajes más o menos inesperados en Twitter hasta, por lo menos, el final del verano. Eso significa vivir en una campaña electoral permanente.

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