HOMO POLITICUS
A los 90 años de edad ha muerto Fidel Castro Ruz, entre el pesar y la impugnación, entre el llanto y la algarabía, con la talla de un estadista
Habitualmente las personas juzgan desde la posición maniquea, pocas veces los actos humanos y concretamente de los estadistas se juzgas como procesos históricos, con la significación de los mismos.
A los 90 años de edad ha muerto Fidel Castro Ruz, entre el pesar y la impugnación, entre el llanto y la algarabía, con la talla de un estadista.
El peso de las democracias liberales y las estelas ultraconservadoras festejan lo mismo desde Miami que desde el Perú con Vargas Llosa la muerte de Fidel Castro, mientras del lado de los intelectuales de izquierda y humanistas se ha perdido un gran hombre y revolucionario.
En los aspectos que juzga la derecha destacan la obstrucción de la democracia y la libertad; en los aspectos que destaca la izquierda está la libertad del hombre ante el mercado y de conciencia y la igualdad social.
De igual manera, la izquierda recuerda que Cuba era un cabaret de los Estados Unidos antes de la revolución que languidecía en la tiranía de Batista y, donde la miseria y la desigualdad aunada a la ignorancia, eran la constante.
La derecha por su parte señala que no porque existan logros en educación y salud en Cuba, se pueden olvidar las violaciones a los derechos humanos, la “miseria”, la persecución política y el exilio cubano, que por cierto desde Miami, hizo un carnaval orgiástico ante la muerte de Fidel.
En México, también se polarizan las opiniones; mientras personeros como Vicente Fox, que por cierto quedó en ridículo a nivel internacional con aquello de “comes y te vas”, tachan a Fidel como tirano o dictador; otros personeros como Andrés Manuel López Obrador lo comparan en el sitial de Nelson Mandela.
Yo como Hanna Arendt, prefiero evaluar el proceso histórico y el proceso político y, en este trazo Fidel castro puso un alto a una tiranía y sentó las bases para los países no alineados que sucumbían ante la guerra fría, creando una postura de no intervención de los pueblos, oponiéndose a los apetitos de Washington; cuestión que refrendó en un proceso inédito de revolución socialista, que pese a ser bloqueado político y económicamente sigue vigente y, ello arroja luces del grado de legitimidad del proceso, ya que Fidel dejó el poder hace 10 años y aún la revolución continúa.