Viena.- Los austriacos apostaron por un presidente progresista y europeísta, según los primeros sondeos sobre las elecciones de ayer divulgados por la televisión pública austríaca.
El partido ultranacionalista FPÖ no ha esperado a que avance el recuento y ha admitido la derrota. Los datos atribuyen al independiente Alexander Van der Bellen un apoyo del 53,6% de los votos frente al 46,4% del aspirante ultraderechista, Norbert Hofer. La distancia es mayor de la que les separó el pasado mayo, cuando los comicios dieron al candidato progresista un 50,3% frente al 49,7% de Hofer.
El candidato derrotado envió un mensaje de agradecimiento a sus seguidores a través de Facebook. Hofer afirma haberse sentido muy apoyado y estar triste por el resultado. “Me hubiera gustado cuidar de Austria”, añade Hofer, que felicita a Van der Bellen.
Un ultranacionalista y euroescéptico y un independiente progresista se han enfrentado en la campaña electoral más larga de su historia. Una elección que tomó el pulso al avance populista tras la victoria del Brexit y de Trump en EU.
Norbert Hofer, de 45 años y números dos del partido antiinmigración FPÖ, y el economista y exportavoz de los Verdes Alexander Van der Bellen, de 72 años, acudieron a las urnas por la jefatura del Estado tras anularse las elecciones del pasado mayo por irregularidades en el recuento del voto por correo.
Los electores dieron entonces la victoria a Van der Bellen por tan solo 31.000 papeletas. Las encuestas vaticinaban que la diferencia entre ambos candidatos volvería a ser estrecha hoy, pero los primeros datos han dado una clara ventaja a Van der Bellen.
La elección dividió a Austria en dos bandos y la participación y capacidad de movilización de los dos bandos para atraer de nuevo a los austriacos a colegios electorales era decisiva.
La ultraderecha tenía una segunda oportunidad de situar a uno de los suyos en la presidencia de un país de la Europa occidental por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial.