UN INFIERNO BONITO

EN EL PERSONAJE DEL BARRIO DE HOY.

LA TRUCHA.
Pachuca, una ciudad minera, donde solo había trabajo en las minas, tampoco había industrias, llegaban de todas partes a buscar fortuna, porque pensaban que como en la ciudad se sacaba mucha plata, era lo que iban a ganar.
Llegaron de muchas partes mineras, Zacatecas, Chihuahua, Guanajuato, y duraban muy poco porque el trabajo era muy pesado dentro de las profundidades de la tierra, con sus túneles calientes, llenos de mucho polvo, fríos, angostos, y se trabajaban más de 8 horas,
Un  día nos asombramos, que llegara un indito de el municipio, Huejutla, venia acompañado de un a señora que estaba embarazada, y por los barrios altos, buscan alguna vivienda, porque estaba decididos, quedarse, Anduvieron por muchos lugares, hasta que llegaron  al barrio del Arbolito, donde había muchos callejón es, y casas vacías baratas.
La señora se veía que tenía un  genio de todos los diablos, ella era la que mandaba. En su marido. Preguntando, llego al sindicato minero, ahí hablo con el Secretario General que le pregunto.
Como te llamas.
Gaspar Hernández Santiago para servir a Dios y a usted.
Así que quieres trabajar en la mina.
A eso venimos señor,
Pero el trabajo es muy duro, No será más que en mi pueblo, allá desde que canta el gallo hasta que oscurece.
Te voy a mandar a reconocimiento medico, y después silo pasas te mandaran a la mina de San Juan Allá te darán zapatos, porque no puedes trabajar con guaraches.
Lo mandaron  a un contrato, donde hacia mucho calor, y todo el turno era de llenar góndolas a pala y empujar, carros de mina. Ya tenia un mes trabajado y los mineros lo vieron  que era un hombre calmado que no se llevaba con nadie.
Tenia dos grandes defectos, que no le gustaba el pulque, decía que en su tierra se tomaba caña de la buena, y varias veces, lo regañaron porque se quitaba los zapatos decía que le habían  sacado ampollas.
Con el tiempo se acostumbro, y era un bebedor y conocedor de pulques. Como era muy amiguero tenia broncas con  su vieja, porque llegaba tarde y bien  borracho. Y poco a poco fue  conociendo la mina y los mineros  conocieron  como era Gaspar, Hernández Santiago le pusieron “la Trucha” era un compañero a toda madre,  trabajaba en la mina, de san Juan. Venia de la sierra, Estaba casado por las tres leyes con mariana, una pinché vieja, de pocas pulgas, grandota flaca, le daba un parecido a Oliva, la novia de Popeye el Marino. Estaba tan flaca, que metía las dos piernas en una media, y cada que se embarazaba, parece que se había comido un melón.
Vivían en la calle de la Reforma, en el barrio del Arbolito, en la vecindad el garbanzo. Poco a poco en el tiempo que estuvo se fue trayendo a su familia, a su mamá. Papá, a sus Hermanos y hermanas la única que se quedo a vivir en Pachuca fue su mamá, doña María Santiago, pro mas tardaron en llegar que regresarse, la única que se quedo fue su jefa, la nuera le rento un cuartito para que no viera como lo madreaba.
A Gaspar, le decían la Trucha, no por lo abusado, si no que siempre andaba con el hocico abierto, como pescado. Pero lo más vaciado, de lo que les cuento es que cada que estaba en la cantina, entraba su vieja, y lo sacaba a madrazos, les mentaba la madre, a todos por sonsacadores, y todo el camino lo iba zurrando, y le decía.
Esta es la última vez que te hablo por la buena, cabrón. Para la otra ¡Me caí de madre, que te coso el hocico con hilo cáñamo para que ya no chupes!
Le daba un aventón, que la Trucha caía al suelo, metiendo las manos para no pegarse en la cara y caminaba a gatas,  su vieja le daba una patada en la cola, para que se levantara, luego le pegaba
Unos madrazotes en el lomo, que sonaba como tambora.
Te voy a llevar ahorita con tu madre, para que vea lo borracho que eres, ¡Caray no sales de la cantina, Parece que tu madre te fue a tirar ahí!
“La Trucha” de lo borracho que andaba, no le entendía lo que decía su vieja. Entre palabras cortantes le reclamaba y lo callaba de una cachetada.
¡Cállate cabrón! A mi no me rebuznes  cuando lleguemos a la casa te voy a bañar con agua fría, para que se te baje lo borracho.
Esa era la pobre vida que llevaba Gaspar, pero no escarmentaba, seguido le rompían la madre, pero no dejaban de tomar. Al día siguiente, estuviera crudo o borracho su vieja lo mandaba a trabajar. El sabia lo que le esperaba en su casa, y se aguantaba de no tomar, pero sus amigos, eran muy sonsacadores.
¡Órale pinché “Trucha” vamos a tomarnos un pulque, esta re bueno.
Pero nada más uno, si no mi  vieja me da suelo.
Se iban al tinacal que había en San Bartolo, para que su vieja no lo fuera a sacar, aparte de que estaba lejos, no sabía a donde estaba. Se juntaba mucho con el Niño, y el Pelón.
Al entrar al tinacal, se deben de seguir las reglas de buen pulquero. Todo el que entra, de una tina le dan el pulque bien fermentado, en  una jícara de un litro, que se la debe de tomar de a chingadazo, sin soltarla y pasársela al otro. Y si no lo hacían los castigaban con 3 jícaras y se ponían hasta la madre. Al pasar el tiempo les dijo la trucha.
Ya me voy porque es tarde y saben que mi greñuda me la hace de tos.
¡Espérate otro rato! Nosotros te acompañamos a tu casa, y le decimos a tu vieja, que nos quedamos atrabajar tiempo extra.
La verdad ustedes la saben, que si llego 5 minutos tarde, se me pone pendeja y no me deja entrar a la casa. Ha y veces, que me duermo con mi perro enroscado en la puerta.
Le dijo el pelón.
¡Mira carnal! Debes de buscar la forma de que tu vieja te respete. Que te tenga miedo, que sepa que tu eres el que manda en la casa, ahorita que llegues, cuando tu perro te ladre de gusto. Le das en la madre, lo agarras a patadas, y le gritas. El único que grita en esta casa soy yo. Y le das en la madre, con lo que encuentres, y veras como tu vieja te va a tener miedo y te va a dejar en paz.
¡Eso es lo que voy hacer! Es muy buena idea, Ustedes si saben.
Pasada de la media noche, la “Trucha” llegó a su casa, su perro el pulgas al escucharlo le ladró.
¡Cállese cabrón! Aquí nadie grita más que yo. Perro cabrón, escandaloso, que se parece a su dueña. Pero ahorita vas a saber quien manda en la casa.
La señora se enderezo muy sorprendida, al escuchar los gritos, se limpiaba las chinguiñas,  no escucho bien lo que le dijo la “Trucha” al perro.
Que te pasa
A ti que te importa lo que pase pinche vieja, pendeja.
La señora se enderezo y se sentó en la orilla de la cama.
¿Qué dijiste? Cabrón.
Sin contestar, la trucha agarro a patadas al perro, y  le volvió a repetirle lo que dijo.
¡El único que grita en esta casa soy yo! Pero parece que no entendiste perro cabrón.
“La trucha” se quito el cinturón y le pego muy fuerte a que el perro, chillaba muy feo, y no dejaba de decirle.
¡Me entendiste cabrón!
Le abrió la puerta y de una patada lo saco, al cerrarla vio a su vieja que estaba con las manos en la cintura y le dijo.
¿Ya acabaste?
¡Si! Porque ese pinché perro cabrón, debe entender que en esta casa no debe de ladrar. Yo soy el que mando.
Bueno ¡ahora voy yo!
La señora,  le quito el cinturón, con que le había pegado al perro, y le pego a la trucha, lo agarró de las greñas, abrió la puerta y de un aventón lo saco, cayendo de nalgas.
¡Te sacas con tu compañero! Borracho infeliz
Atranco la puerta. Al caer al suelo, su perro el pulgas, se olvido de que le había pegado, le hacia fiestas moviéndole el rabo, y le lambía la cara.
– ¡Estate quieto Pulgas!
Desde ese momento, en el que “la Trucha” quiso demostrar su machismo le fue como en feria. Cavo su propia tumba, porque doña pelos, ya no lo dejaba entrar cuando llegaba borracho, y se quedaba en el patio con el perro. Un día se dio valor y le dijo.
¡Mira Mariana! Vamos hablar, Quiero que me escuches muy bien lo que te voy a decir, para que luego no haya broncas. Como tu marido que soy, tengo el derecho así lo dicen las leyes de dormir contigo. Y además debes de cumplir con tus deberes matrimoniales.
¿Quién te ha dicho eso? Donde esta la ley que me obligue a dormir con un pinché viejo borracho, que apesta re feo, y además tengo que aguantar sus ronquidos, como duermes con el hocico abierto sale el tufo como de caño, por tanto pulque reventado que tomas.
¡Pero eres mi mujer! Y te aguantas, estamos en el tiempo del Rey de Herodes, te chingas o te jodes.
Hasta que le diste el clavo, ¡Por eso mismo te digo! O dejas de tomar o te sigues durmiendo con el perro, lo que tienes que hacer es ir Alcohólicos Anónimos, subirte a la tribuna y decirles que no tienes madre. Sácate de aquí. Antes de que te la rompa.
 Por más que trato de convencer a su vieja, de que no lo corriera y hacerle ver que todos los borrachos, son decentes, nunca le hizo caso, hasta que un día murió de pulmonía, se quedo afuera cuando cayó una granizada.
La señora contrato a un  cargador, convenciéndolo que estaba borracho y mando su cadáver a la casa de su mamá, junto con sus hijos,  ella empaco las pocas cosas que tenia y se regreso a su rancho y nunca mas se supo de ella.
gatoseco98@yahoo.com.mx

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