Han desaparecido de las redes sociales, el rapero está en el hospital… atraviesan una de sus peores épocas
No es una buena época para Kim Kardashian y su marido Kanye West. Los últimos acontecimientos que han ocurrido en su vida les han pasado factura y atraviesan sin duda una de sus etapas más complicadas. Kim lleva apartada de la vida pública desde el pasado mes de octubre y es que, tras el tremendo susto que vivió cuando unos atracadores entraron con armas en el apartamento en el que se alojaba en París, decidió aislarse por un tiempo. Un silencio que tuvo su reflejo más notable en las redes sociales, cuya inactividad refleja sus ganas de tranquilidad y de tiempo para recomponerse. Sólo se la pudo ver a finales de octubre en uno de los conciertos que su marido Kanye West dio en Los Ángeles.
Él ha sido su mayor apoyo durante estas semanas en las que se ha rodeado del cariño de su familia. De hecho uno de los pocos “trabajos” que ha hecho Kim estas semanas ha sido para promocionar la campaña de ropa de su marido, con unas provocativas instantáneas. Un cariño que ahora está devolviendo con creces tras la repentina hospitalización del rapero.
Hace una semana, la policía tuvo que acudir a la casa de su entrenador personal al parecer después de que el músico perdiera el control. El rapero opuso resistencia a su traslado al hospital y una vez allí, tras un examen psicológico, le diagnosticaron un episodio de estrés y agotamiento. Sólo unas horas antes, había suspendido de manera inesperada su gira Saint Pablo Tour, de la que quedaban más de 20 conciertos –estaba previsto que finalizara el 31 de diciembre-. Durante el tiempo que lleva en la clínica, una preocupada Kim no se ha separado de su lado.