Trump recrudece la guerra contra los medios

Ya como presidente electo

●    Ataca a las cadenas de televisión y los principales periódicos estadounidenses

La victoria de Trump certificó la pérdida de influencia de los medios: no importó que en bloque le rechazara en sus editoriales por su discurso racista, ni el rosario de desmanes que sacaron a relucir, desde el famoso vídeo sexista de 2005, en el que se pavoneaba de poder abusar de mujeres (obtenido por The Washington Post), o la historia de The New York Times sobre cómo el rico constructor esquivó el pago de impuestos federales durante años
Los medios de comunicación de EU hicieron de Trump una estrella y le dieron una cobertura gratuita permanente durante la campaña, al mismo tiempo que se convirtieron en su azote. Esa compleja relación se mantiene.
Trump ha seguido su cruzada como si aún fuera un candidato: el lunes se enfrentó a los directivos de varias cadenas televisivas y el martes arremetió contra The New York Times. Pero el hombre que despotrica es ahora el presidente electo de EU, un país que presume de ser el más libre del mundo.
En los mítines de Trump, solía haber un momento en el que el candidato se refería a la “prensa corrupta” o “prensa deshonesta” y era entonces cuando los asistentes se volvían hacia la zona reservada a periodistas y les abucheaban.
Convirtió su pelea con la prensa en una derivada más de la oposición al establishment: que las grandes cabeceras o el multimillonario Warren Buffett abominasen del magnate era el mejor sello de garantía antisistema, la señal de que iba a sacudir a las élites
Trump sigue manteniendo ahora que hay una campaña orquestada de la prensa. El martes, retransmitió en directo por Twitter el enfado con The New York Times: anunció que había cancelado un encuentro con el “fracasado” periódico porque cambiaron los términos de la cita (el rotativo lo negó y dijo que exigía poder hacer una entrevista no confidencial). Acto seguido dijo que quizá se retomaba la reunión, aunque el periódico “continúa cubriéndome de forma imprecisa”. Un par de horas después informó de que acudiría a la sede del rotativo. Una vez allí, Trump dijo: “Siento un enorme respeto por The New York Times”. Puro Trump.
En la sede del periódico, se quejó de nuevo del tratamiento recibido: “el más duro”, dijo, según el Times, que no solo no mantuvo el encuentro en off the record, sino que lo relató en directo en su web. “Si no lo leyera, viviría 20 años más”, bromeó. “Podrías decir que The Washington Post también ha sido malo conmigo, pero al menos de vez en cuando hacían algún artículo positivo sobre mí”, añadió el magnate.
Sus ataques, en ocasiones, han llegado a poner en cuestión su concepto de la libertad de prensa. Llegó a decir que, si ganaba las elecciones, modificaría las leyes sobre el libelo para poder denunciar a medios como el Times y el Post, por lo que consideraba que era una cobertura injusta.

Related posts